miércoles. 24.04.2024
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Este ajuste salarial "puede hacer poco por la creación de empleo, a la vez que aumenta el riesgo de caer en la pobreza y deprime la demanda agregada"

El último informe de la OCDE sobre Perspectivas de Empleo en el mundo confirma que la precariedad laboral y la reducción de los salarios, además de provocar un enorme dolor social, son contraproducentes para impulsar la demanda interna y el crecimiento económico.

El informe de la OCDE constata que en España se ha producido una intensa devaluación salarial, colocando a nuestro país como el cuarto peor tan solo detrás de Grecia (-5,2%), Portugal (-2,2%) e Irlanda (-2%). Una reducción de los salarios nominales que la OCDE estima en un 2% anual, que en realidad supone una pérdida de poder adquisitivo de los asalariados mucho mayor si se tiene en cuenta la inflación acumulada en el periodo.

En este sentido, la OCDE destaca que el ajuste salarial ha sido particulamente marcado en la zona euro, donde se pasó de un crecimiento anual medio del 2,1% al principio de la crisis a un retroceso del 0,1% en 2009. De hecho, en una serie de países, incluyendo a Grecia, Irlanda, Eslovenia y España, lo salarios reales "han caído entre un 2% y un 5% de media".

En concreto, según los cálculos de la OCDE, desde el primer trimestre de 2009 y el cuarto trimestre de 2013, los salarios reales por hora en España bajaron un 1,8%, el cuarto mayor descenso entre los 34 miembros de la OCDE, sólo por detrás de los rescatados Grecia (-5,2%), Portugal (-2,2%) e Irlanda (-2%).

Esta reducción de los salarios ha empobrecido a la inmensa mayoría de la sociedad española, colocando a muchos hogares en niveles próximos al umbral de la pobreza, y ha venido acompañada de un aumento de los contratos precarios y a tiempo parcial no deseado que han deteriorado, todavía más, el nivel de renta de las personas, hasta el punto de que cada vez se amplía la denominada pobreza laboral: personas incapaces de vivir de forma independiente con su salario, trabajadores pobres.

La OCDE avisa que la precariedad laboral y la devaluación salarial no sirven para salir de la crisis

Los recortes salariales y la precariedad laboral tienen consecuencias muy negativas sobre la vida de las personas pero también sobre la economía, tal y como resalta el informe de la OCDE. La caída del consumo de las familias, atenazadas por sus menores ingresos y el elevado endeudamiento que aun soportan, deprime la demanda interna -el principal motor para impulsar el crecimiento del PIB- y por eso tanto la economía española como la de la zona euro son incapaces de iniciar un ciclo de crecimiento vigoroso y sostenido.

La OCDE tiene razón cuando dice que “...esas congelaciones o bajadas salariales pueden tener repercusiones importantes sobre los ingresos de los hogares, acentuando así las dificultades económicas (…) y nuevos ajustes salariales en los países más afectados por la crisis pueden acabar siendo contraproducentes y, sobre todo en un contexto de inflación próxima a cero, podrían tener una eficacia limitada en creación de empleo. Tales ajustes acentuarían el riesgo de pobreza y pesarían sobre la demanda global”.

La alternativa al dolor y a la recesión tiene que ser exactamente la contraria, como viene defendiendo CCOO: es necesario pactar incrementos salariales por encima de la inflación -que está casi en cero- empezando por el Salario Mínimo Interprofesional, y mejorar la protección social para aumentar la renta de las familias, lo que permitirá un aumento de la demanda interna y, por lo tanto, impulsará el crecimiento económico.

La OCDE constata que en España se ha producido una intensa devaluación salarial