viernes. 19.04.2024

La reforma laboral que aprobó el Gobierno del PP en febrero de 2012 está lejos de cumplir el objetivo que se marcó, crear empleo. Más bien todo lo contrario. Sus efectos, un año después de su puesta en vigor, evidencian que la norma se ha convertido en una máquina de destrucción de empleo, en mayor medida que la reforma de Zapatero de 2009.

Así lo demuestra un estudio realizado por el economista José Manuel Lago Peñas, colaborador del Área de Economía de la Fundación 1º de Mayo. El trabajo, bajo el titulo ‘Un análisis cuantificado de los efectos de la reforma laboral sobre el empleo’, analiza la relación entre la variación del PIB y la variación del empleo, en concreto el efecto en el nivel de ocupación para una caída similar de la producción antes y después de la reforma.

Para ello, se ha construido un indicador sencillo pero muy relevante: determinar cuantos empleos se han destruido por cada décima en la que ha caído el PIB antes y después de la reforma. Entre ambos hay dos reformas laborales que van en la misma dirección, la de 2010 del gobierno Zapatero y la de 2011 del gobierno Rajoy, mucho más dura porque agravó hasta el extremo los efectos negativos de la primera, señala el estudio.

El objetivo de el trabajo es aportar evidencias empíricas de cuáles están siendo los efectos de la reforma laboral intentando cuantificar sus efectos dentro del conjunto de variables que influyen en la evolución del mercado de trabajo.

Como síntesis de lo dicho en el texto, la evolución del indicador por los diferentes colectivos es el siguiente:

— Por cada décima en el que cayó el pib la destrucción de empleo en el conjunto de los ocupados se incrementó el 186% en 2012 en comparación con 2009.

— Para los ocupados a tiempo completo el aumento es del 218%.

— Para los asalariados el aumento es del 293%.

— Para los asalariados sin construcción el aumento es del 321%.

— Para los asalariados con contrato indefinido del sector privado el aumento es del 435%.

— Para el conjunto de los asalariados con contrato indefinido, incluidos los empleados públicos, el aumento es del 725%.

— Y por último, los que más han sufrido con la reforma y con los recortes son los empleados temporales del sector público porque el indicador se dispara el 1.245%16

Esta secuencia de los efectos de la reforma, que se aceleran a medida que se estudian los colectivos más afectados por la misma, “es la prueba final más contundente de lo nefasto que está resultando para el empleo”, afirma Lago Peñas.

La reforma laboral del Gobierno PP, una máquina de destrucción de empleo