viernes. 19.04.2024
empleo

Los beneficios empresariales y las rentas de autónomos superarán en un 4,7% real su nivel de pre-crisis, la remuneración de los asalariados solo lo hará en un 0,3%

La economía española se está recuperando, pero no llega a la mayoría de las personas debido a la política económica que se ha aplicado en los últimos años. Esta es la principal conclusión del informe del Gabinete Económico de Comisiones Obreras "España, la recuperación que no llega a las personas", que señala que en 2017 habrá casi 1.900.000 puestos de trabajo (equivalente a tiempo completo) menos que en 2007, y que mientras los beneficios empresariales y las rentas de autónomos superarán en un 4,7% real su nivel de pre-crisis, la remuneración de los asalariados solo lo hará en un 0,3%.

El abultado desempleo existente en nuestro país, 3.732.000 personas, es la primera prueba de que la recuperación no llega a todos, según el informe del sindicato. A pesar de que el desempleo se ha reducido en los últimos cuatro años, la rebaja ha sido lenta y la tasa de desempleo española aún es muy alta (16,4%), 7,8 puntos por encima de la Eurozona, la segunda más elevada después de Grecia.

El desempleo de larga duración (más de un año buscando trabajo), que afecta a la mitad de los parados, 27 puntos más que antes de la crisis, y de muy larga duración (más de dos), 36,4% de las personas paradas, 24 puntos más que en 2007, sigue siendo muy alto.

El 10% más rico obtiene 0,7 puntos porcentuales más en 2015 de renta que en 2007, mientras que el 10% más pobre recorta su participación en medio punto

Queda constatado que estas abultadas cifras, al sumarse a la rebaja de la protección por desempleo, han contribuido a que la protección por desempleo solo alcance en la actualidad al 55% de los parados registrados y a que caiga la cuantía media de la protección. Y explican el fuerte incremento de los indicadores de pobreza durante la crisis, aunque han bajado apreciablemente con la recuperación de la actividad económica.

Aunque el informe sindical constata que la disminución del desempleo ha servido para rebajar la pobreza de manera apreciable, indica que la desigualdad soloha caído muy ligeramente (España es uno de los países más desiguales en el reparto de la renta y donde más ha aumentado la desigualdad de entre los países más golpeados por la crisis). Los motivos son la más rápida recuperación de las rentas del capital y los beneficios empresariales, el recorte de la protección a los parados comentado, el aumento de la precariedad en el empleo (tanto salarial, como en términos de estabilidad y jornada) y la participación asimétrica de los asalariados en la recuperación de la actividad económica según su nivel salarial.

El informe viene a confirmar que los ricos ganaron más participación en la renta durante la crisis y han seguido haciéndolo durante la recuperación. En cambio, los pobres la han perdido, aunque la recuperación ha moderado esta pérdida en línea con la caída del nivel de pobreza. El 10% más rico obtiene 0,7 puntos porcentuales más en 2015 de renta que en 2007, mientras que el 10% más pobre recorta su participación en medio punto, puede leerse en el informe.

Tras cuatro años de recuperación ésta es menos intensa que las dos anteriores

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Las reformas laborales impulsan la desigualdad

El aumento de la precariedad del empleo y la erosión del poder de negociación de los trabajadores producidos por las últimas reformas laborales son otra de las causas centrales de que el crecimiento no esté siendo inclusivo, junto al desempleo y su lento descenso. Por un lado, los trabajadores participan menos de la prosperidad de las empresas y, por otro, se produce un peor reparto de la masa salarial entre los asalariados, lo que impide la rebaja de los índices de desigualdad.

A diferencia de la desigualdad global en el reparto de la renta entre hogares, que ha empezado a caer –aunque muy ligeramente-, la desigualdad sigue aumentando entre los asalariados también durante la recuperación. La razón es que la devaluación salarial y de las condiciones de trabajo han afectado más a los salarios medios y bajos durante la crisis, y los mejor remunerados están participando antes de los beneficios de la recuperación. En 2017, por ejemplo, los salarios medios y bajos verán incluso caer su poder de compra en 0,6 puntos.

El empleo es más precario que antes de la crisis

Antes de la crisis, para crear un empleo permanente se firmaban 1,2 contratos indefinidos, tras las facilidades para despedir introducidas por la reforma laboral de 2012 este ratio sube a 1,5 contratos en 2016

La temporalidad en el empleo (27%) aún es más baja que antes de la crisis (31,6%), pero su tendencia es claramente al alza, y ya está por encima de su nivel previo a la crisis en jóvenes, manufacturas, comercio, transportes y hostelería.

La rotación laboral ha subido tanto en los contratos indefinidos como en los temporales, donde han aumentado mucho los contratos de muy corta duración. Antes de la crisis, para crear un empleo permanente se firmaban 1,2 contratos indefinidos, tras las facilidades para despedir introducidas por la reforma laboral de 2012 este ratio sube a 1,5 contratos en 2016. En 2006 se registraban 3,6 contratos temporales por cada empleo temporal y en 2016 este ratio había aumentado hasta 5,6 contratos. Los contratos temporales de duración inferior a la semana han pasado de suponer el 16% del total de los contratos iniciales registrados entre enero y septiembre de 2007, a representar al 27% en el mismo período de 2017.

El empleo a tiempo parcial siguió subiendo, incluso durante la crisis, impulsado por su reforma en 2012 que aumentó su precariedad. Su peso pasó del 12% del empleo asalariado en 2007 al 16,4% en 2017, según la EPA. También sube el incumplimiento del tiempo de trabajo y su remuneración. Por ejemplo, aumenta el porcentaje de horas extraordinarias no pagadas en efectivo ni compensadas con descanso del 39% en 2008 al 47,6% en 2017. Este fenómeno está, asimismo, relacionado con el aumento de la economía laboral sumergida que, por definición, es difícil de cuantificar.

Erosión del poder de negociación de los trabajadores

El cambio en la correlación de fuerza en la negociación salarial provocado por la reforma laboral está recortando la participación de los trabajadores en la recuperación, y puede convertir la devaluación salarial en un fenómeno permanente

La devaluación salarial generalizada se suma, como novedad, al aumento del empleo precario durante la crisis y está íntimamente ligada a la erosión del poder de negociación de los trabajadores provocado por la reforma laboral de 2012, para cuyo fin fue diseñada.

El resultado es que el salario en nómina, pagado por realizar el mismo trabajo, se redujo un 7,6% real entre 2008 y 2015. La rebaja ha sido mayor entre los trabajadores que no perdieron su empleo y acumulan antigüedad en la empresa. El ingreso salarial se recorta un 22,5% entre 2008 y 2015, en el 10% de los asalariados que cobran salarios más bajos

Desde Comisiones Obreras advierten de que el cambio en la correlación de fuerza en la negociación salarial provocado por la reforma laboral (rebaja del despido, prioridad aplicativa del convenio de empresa, fin de la ultractividad, etc.) está recortando la participación de los trabajadores en la recuperación, y puede convertir la devaluación salarial en un fenómeno permanente. Prueba de esto es la divergencia que se observa entre la mejora de la productividad nominal en el último año y lo que llevamos de 2017, y el crecimiento prácticamente nulo o incluso negativo del salario medio.

2017 cerrará con casi dos millones de puestos de trabajo (equivalente a tiempo...