viernes. 19.04.2024

La utilidad de una única toma

Por Walter C. Medina | Extraño desafío a las formas cinematográficas la que propone Adriano Salgado en su opera prima “La utilidad de un revistero”, film presentado durante la cuarta jornada del 28 Festival Internacional de Cine de Mar del Plata...

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28 Festival Internacional de Cine de Mar del Plata

Extraño desafío a las formas cinematográficas la que propone Adriano Salgado en su opera prima “La utilidad de un revistero”, film presentado durante la cuarta jornada del 28 Festival Internacional de Cine de Mar del Plata y que forma parte de la Competencia Argentina. Elogios y reprobaciones para una película de un solo plano.

Imagínese dos horas continuas de rodaje, con un plano estático, sin corte alguno y sólo con dos protagonistas. Propongo imaginarla, claro, teniendo en cuenta que quizás alguna vez este largometraje llegue a las salas españolas. Porque tal vez con la imaginación sea suficiente; o tal vez no; una duda que deberá desvelar por sí mismo si es que definitivamente se atreve al profundo ejercicio que propone este novel cineasta argentino.

Llevando a extremos inéditos las posibilidades expresivas de la omisión, Salgado inaugura una original metodología cinematográfica cuyo secreto reside en el cuidado de cada detalle, en los sonidos que se van incorporando a lo largo del film y en el diminuto espacio en el que Ana y Miranda interactúan. El argumento es sencillo: Ana recibe en su casa a Miranda para realizar una entrevista informal de trabajo como  colaboradora en la construcción escenográfica de una puesta en escena del cuento clásico de Caperucita Roja.

Nunca el cine se acercó tanto al teatro o, según desde qué lado prefiera uno pararse, nunca el teatro se acercó tanto al cine. Salgado lo define de esta manera: “La película tiene relación con el teatro desde la puesta en escena pero también tiene una diferencia sustancial y es que se trata justamente una película. La idea fue mostrar una situación en tiempo real, abordar una situación completa y tratar de no manipular los tiempos”.

“La utilidad de un revistero” tiene como eje argumental una entrevista de trabajo. Sin embargo esto es apenas una excusa que encierra y revela un misterio endulzado por una buena dosis de humor. Lo que acontece en tiempo real da mínimas pistas al espectador acerca del destino final del film; ni siquiera existe –al menos casi hasta el fotograma final- relación entre lo que vemos y el nombre con el que Salgado ha bautizado a su largometraje. No hay cortes. La respuesta a esto la da el propio Salgado: “Con este larguísimo plano secuencia quise demostrarme sobre todo que los cortes en el montaje no garantizan ni entretenimiento ni efectividad, y que incluso a veces el corte puede ser una gran decepción”.

Reflexión metalingüística, juego de espejos o farsa cinematográfica -tal como escuché decir a un espectador a la salida del Teatro Colón de Mar del Plata- “La utilidad de un revistero” es otra de las realizaciones de la Competencia Argentina que dará mucho que hablar.

La utilidad de una única toma