viernes. 19.04.2024
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Leyendo Todo es mentira. La vida fácil de Bernard Madoff (Editorial Trifolium), la última novela de Pedro Ramos, uno recupera de golpe toda la indignación que sintió con el estallido de la crisis financiera allá por 2008. O poco después, cuando se descubrió el tinglado de las hipotecas subprime y la magnitud de esa gran mentira en que vivíamos tan cómodamente instalados, ignorantes, o no queriendo ver lo que ocurría a nuestro alrededor, negándonos a escuchar las voces de alarma que, tímidas (o acalladas por el festivo jolgorio del todo vale), querían advertirnos del desastre que se avecinaba. Y digo recuperar, porque el tiempo transcurrido, y ese otro tiempo más pequeño y sutil que es el del día a día de cada uno, con sus miserias, sus crisis personales y sus modestas esperanzas, en fin, la tarea de la supervivencia, ha ido apaciguando nuestra rabia, encauzando nuestro desconcierto. Y, además, qué otra cosa podemos hacer, nos decimos, ¡si es que el mundo está montado así! ¿Cómo revertir una situación que nos supera?, ¿cómo cambiar un escenario que han montado otros, una obra que dirigen otros y de la que nosotros participamos tan solo como meras comparsas?

Pues bien, el libro de Ramos viene a meternos de nuevo el dedo en el ojo, ¿molesto? Las cosas siguen igual, la gran estafa existió, todavía continúa. Y no hubo culpables, solo perdedores. A excepción, claro, de Bernard Madoff, bróker norteamericano que, a través de un fondo de inversión, estafó durante años unos 50.000 millones de dólares a miles de personas, corporaciones e incluso organizaciones benéficas, y que acabó  declarándose culpable y asumiendo serenamente la responsabilidad de sus actos.

El narrador de Todo es mentira, desgrana la historia de la estafa de Madoff al mismo tiempo que nos cuenta la suya propia y, con espíritu bernhardiano, va desmontando las mentiras sobre las que hemos construido una sociedad deshumanizada, postrada ante el dinero, ante el consumo delirante, insolidaria y sin escrúpulos, donde medio planeta esclaviza al otro medio, donde para que unos crezcan otros han de ser aplastados y donde cualquiera de nosotros podría llegar a ser Bernard Madoff.

Pero hay mucho más, porque esta novela es un artefacto literario que juega con los géneros y, para mayor deleite de sus lectores, acaba explorando los límites entre realidad y ficción al más puro estilo de las nivolas de Unamuno.

Todo es mentira