martes. 19.03.2024
serie

En 1994, la primera vez que estuve en New York por razones de trabajo, me quedé sorprendidísimo de dos cosas muy relacionadas. En la mayoría de los locales y tiendas de la calle 40 hacia abajo, lo que más se oía era música hip hop, en sus diversas variables. Y en las maravillosas tiendas de discos, donde pasé horas buscando cds con música inencontrable en España había más espacio para el hip hop que para los oldies, el country y no digamos el folk. Me compré algún cd, que en España jamás hubiera adquirido y poco a poco el hip hop fue ocupando un espacio en mis gustos musicales.   

Es sabido que para muchos el hip hop es un estilo de música que les gusta poco o nada. Pero siendo mínimamente objetivos, si es que en el ámbito de la música y del arte en general se puede ser objetivo, el hip hop ha sido una revolución de gran alcance y ha influido a buena parte de la música de los últimos 35 años y no digamos a la música realizada por artistas norteamericanos de etnia negra.

El hip hop fue surgiendo a finales de los años 70 en los barrios periféricos de New York, con mayoría negra y latinoamericana. Desde el inicial rap, de hecho poesía con ritmo, se fue diversificando en varias direcciones, con vínculos con el hard rock, el jazz, la música electrónica, el punk, la música garaje…. Y por supuesto marcó en buena medida la evolución del soul, el rhythm and blues, el funk y la música disco.

El hip hop puede considerarse una eclosión creativa juvenil que alcanzó, además de la musica, al baile con el breakdance, a la pintura y las formas de comunicación con la proliferación de los grafitis. El hip hop, inicialmente una respuesta de jóvenes marginados social y culturalmente, con el paso de los años se convirtió en un movimiento artístico reconocido, los músicos de hip hop grabaron y vendieron muchos discos incluyendo con discográficas tradicionales, sus conciertos eran multitudinarios, los grafitis se empezaron a considerar obras de arte…

La música hip hop comenzó a aparecer en películas y series de televisión. Directores negros como Spike Lee han incluido en muchas de sus bandas sonoras canciones hip hop. En la película “Moonlight”, que tanto éxito tuvo en los últimos meses, el hip hop es omnipresente.

De esta manera una música que en sus primeros tiempos estuvo marginada por las discográficas, por las emisoras de radio y canales de televisión, hoy día tiene una destacada presencia en las listas de éxito norteamericanas compitiendo con el country o la “americana”.

Con este amplio preámbulo, entro en el motivo de este post  que es llamar la atención sobre una serie de Televisión (Netflix), “THE GET DOWN” y a la vez lamentar su inexplicable supresión por su productora después de tan solo 11 capítulos.

Las razones que ha dado Netflix para no rodar más capítulos ha sido las audiencias menores de las esperadas y el altísimo coste de la serie.

Lo de las audiencias me resulta inexplicable. Es una serie que aborda los orígenes del hip hop, a finales de los años 70, cuando la música de origen negro o latino se había estancado, con la música disco “blanqueando” la música de baile nacida en los años 50 y 60 (con el rhythm and blues, el soul, el funk o con los discos de la Tamla Motown), repitiendo formulas muy poco innovadoras.

La serie contextualiza social, política y culturalmente el marco en que se produce la emergencia de esa nueva expresión musical y cultural, con unos barrios marginados, con el abandono por parte de los poderes públicos, con la invasión de la droga, las mafias, la violencia policial y de las diversas tribus urbanas, con la manipulación de sectas religiosas, con operaciones de especulación urbanística, con una brutal exclusión educativa y de igualdad de oportunidades para los jóvenes negros y latinos, con promesas incumplidas por parte de los políticos blancos o los engaños de políticos surgidos en los propios barrios marginados.

Es una serie que va mezclando música, la trama personal de los protagonistas y la situación sociopolítica de aquellos años. Combinando escenas rodadas hoy día  con secuencias de archivo, como las impactantes imágenes de los saqueos masivos durante el apagón general de New York o la muestra de vagones de metro absolutamente pintados con grafitis por dentro y por fuera. También resulta muy atractivo la inclusión a partir del capítulo 7 de dibujos animados que dinamizan la historia

En el plano estrictamente musical hay un derroche de información, con una banda sonora extraordinaria que incluye salsa, soul, jazz, rhythm and blues, música disco, rock, pop. Hay potentísimas escenas de baile en discotecas o de conciertos al aire libre, como también son impactantes las referencias al tráfico de drogas o los esfuerzos de chicos y chicas por liberarse del control paterno.

En la serie aparecen personajes que fueron reales como el alcalde de New York en aquella época, Ed Koch, un político que basó sus tres mandatos en una dura política de “ley y orden”; el productor musical Robert Stigwood o los músicos África Bambaataa, Grandmaster Flash, DJ Kool Herc.  Por su parte Nas, uno de los mejores y mas famosos raperos, pone la voz en los raps que interpreta en la serie su protagonista principal.

En el último capítulo la serie termina de una forma un tanto precipitada, dejando sin cerrar tramas de varios personajes importantes.

En definitiva, una serie muy interesante y entretenida, con muchos medios técnicos a su disposición, empezando por el propio director del primer capítulo, el conocido cineasta Bob Luhrmann, que recomiendo no perderse. (Esta en Netflix y en la red).

'The Get Down', una recomendable serie de televisión