@jgonzalezok | A los 102 años, murió en Buenos Aires Nelly Omar. No solo fue una de las grandes figuras en la historia del tango, también fue Malena, el célebre tango de Homero Manzi, que le hizo este tango cuando tenían una relación sentimental. Como Manzi –uno de los mayores poetas que ha dado el tango- estaba casado, tuvo que elegir un nombre que no diera pistas sobre la musa que lo inspiró. La música fue de Lucio Demare.
Hace dos años, cuando cumplió 100 años, se presentó en el estadio Luna Park, de Buenos Aires. Acompañada de un grupo de payadores, como solía en los últimos años, fue el último encuentro con un público que la recordó y la siguió hasta el final de sus días.
En esta última actuación, que este cronista tuvo la fortuna de presenciar, Nelly Omar mostraba algún signo propio de la edad, caminaba despacio, pero su voz seguía siendo inconfundible.
Fue contemporánea de Gardel y se la llegó a conocer con el apodo de la Gardel con polleras (faldas). Nacida como Nilda Emilia Vattuone, había crecido en Guaminí, provincia de Buenos Aires. De ese origen le venía su repertorio folklórico –fundamentalmente las milongas sureras-, que alternaba con el tango. Su debut profesional fue en 1924 y su momento de mayor gloria está entre los años 30 y 50, la época de oro del tango. Fue muy amiga de Evita, lo que le trajo problemas tras la caída de Perón. Fue perseguida, entró en una lista negra –con nombres como los de Enrique Santos Discepolo- y tuvo que exiliarse, primero en Uruguay, después en Venezuela. .
En su repertorio figura La Descamisada, uno de los más bellos himnos políticos –con independencia de posiciones ideológicas- que dio la Argentina. El tema, una declaración de amor por el peronismo, había sido compuesto por Enrique Maroni, autor también de La Cumparsita.
A la vuelta del exilio, con el gobierno de Arturo Frondizi, tuvo una época importante, al grabar con las orquestas de Roberto Grela –uno de los grandes guitarristas del género- y José Canet –uno de los más inspirados compositores-.
La desaparición de Nelly Omar marca la desaparición de una serie de mujeres o cancionistas fundamentales, como Tita Merello, Azucena Maizani, Ada Falcón o Libertad Lamarque. Aunque el género cuenta hoy con otras mujeres de gran talento, como Lidia Borda, María Graña o Susana Rinaldi.
