jueves. 28.03.2024
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La Matxinada de las Aduanas de 1718.

Matxinada o machinada procede del término machín, que era el nombre coloquial de San Martín, patrono de los ferrones y herreros, que solían enfrentarse con la nobleza o los funcionarios del poder real

Las matxinadas o machinadas fueron revueltas que se dieron en el País Vasco en el siglo XVIII. Hubo enfrentamientos de gran intensidad en cuatro ocasiones: la Matxinada de las aduanas de 1718, la Matxinada de Vitoria de 1738, la Matxinada de la carne de 1755, la Matxinada de los cereales de 1766 y la Zamacolada en Vizcaya en 1804. Matxinada o machinada procede del término machín, que era el nombre coloquial de San Martín, patrono de los ferrones y herreros, que solían enfrentarse con la nobleza o los funcionarios del poder real. Con el tiempo se convirtió en sinónimo de conflicto.

Esta conflictividad vasca obedece a un conjunto de causas de diversa índole, además de las específicas de cada momento o situación. En primer lugar habría motivaciones políticas o administrativas, generalmente asociadas a la tendencia uniformadora del poder real, especialmente con los Borbones, y con decisiones tomadas por las autoridades que eran contrarias a fueros, privilegios y costumbres. Las causas económicas tenían que ver con la presión fiscal y la escasez de granos, factores comunes con otros lugares. Por fin, habría tensiones sociales entre los campesinos y los notables. Habría también un componente de tensión entre el campo y la ciudad.

En este artículo estudiaremos la primera de las matxinadas del siglo XVIII, la conocida como de las aduanas, y que se produjo en 1718. En ella se pueden ver todos los componentes económicos, sociales y políticos señalados.

Los Borbones reformaron el sistema de aduanas. A finales de agosto de 1717 se ordenó el traslado de las aduanas a la costa y a las fronteras de Francia y Portugal. Esta medida repercutió en el País Vasco. Hasta la fecha, las aduanas estaban en el interior, en Orduña, Balmaseda, Vitoria y Navarra. Los productos importados del extranjero y los exportados de origen vasco apenas pagaban impuestos. Solamente pagaban impuestos cuando eran introducidos en Castilla. Esta era una de las características de la exención de las provincias vascas, que permitía la venta de productos de fuera a precios asequibles, garantizando la paz social. El problema principal se daba en Vizcaya y Guipúzcoa porque necesitaban importar mucho cereal. La reforma borbónica encareció el grano y perjudicó al contrabando, una práctica social muy extendida. Los campesinos y grupos populares salían claramente perjudicados con esta medida. Pero además de la repercusión económica y social de lo dispuesto había otra de tipo político, ya que vulneraba los fueros vascos. En marzo de 1718 estalló la matxinada en Vizcaya. Los disturbios más importantes se dieron en el entorno de Bilbao, Gernika, Bergara, Mondragón, Mutriku, Deba, Elgoibar, Eibar, Elgeta y Oñati entre otras poblaciones.

En el mes de agosto fue asesinado un recaudador de impuestos en Bilbao. Las embarcaciones de los funcionarios de aduanas de Bermeo y Algorta, por su parte, fueron quemadas. La tensión se elevó de forma evidente cuando los campesinos entraron en Bilbao para exigir al corregidor que pusiese fin a las medidas aduaneras. El corregidor, como era de suponer, se negó a hacerlo. La respuesta fue el ataque de las casas de nobles y poderosos. Fueron asesinados Enrique de Arana, Martin Antonio de Escoiquiz, a la sazón alcalde de Bilbao, Juan Gregorio Esterripa y el marqués de Rocaverde. Los poderosos de la villa ante los ataques a vidas y haciendas decidieron organizarse para hacer frente a los campesinos. Tenemos que tener en cuenta que la reforma de las aduanas sí beneficiaba a los notables locales y a la burguesía porque con los excedentes de los productos importados más los propios, que obtenían a través de las rentas y derechos, podían especular y conseguir beneficios.

El movimiento se extendió por Somorrostro, Portugalete y Bermeo, donde también fueron asesinados nobles. La chispa prendió en Guipúzcoa, por el valle del Deba, con ataques a haciendas y asesinatos de notables. Los nobles decidieron organizarse con una fuerza armada de unos cuatrocientos hombres para mantener el orden y defenderse de los ataques.

En el mes de septiembre se reunieron las Juntas Extraordinarias de Guipúzcoa en Tolosa para solicitar al rey que diera marcha atrás con la reforma de las aduanas, es decir, para que volvieran al interior. El rey aceptó la petición pero también decidió mandar un ejército de tres mil hombres. En enero de 1719 la revuelta estaba sofocada. Se ejecutó a treinta y dos personas, mientras que otros amotinados fueron encarcelados. En 1722 se decretó que las aduanas volvieran al interior y se indultó a los encarcelados por el motín.

La Matxinada de las Aduanas de 1718