martes. 16.04.2024
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La generación del 14. Intelectuales y acción política (La Catarata)

Por Manuel Menéndez Alzamora 

Hace cien años, un par de centenares de españoles se empeñaron en una tarea inmensa: alcanzar la cumbre de Europa por la vía de la ciencia y la cultura. El pedagogo Lorenzo Luzuriaga, en una reseña a la edición de las Obras Completas de Ortega, proponía en 1947 la denominación “Generación del 14” para este conjunto de intelectuales nacidos en la década de los ochenta del siglo XIX, liderados por José Ortega y Gasset. En los años veloces que anteceden al inicio de la Gran Guerra, la nueva generación puso su empeño en alumbrar el camino hacia una modernidad que cifraba su meta en la construcción de un ciudadano libre y autónomo. Europa, la cultura, la educación, la ciencia y la libre circulación de ideas a través de la prensa, que alcanzó entonces su edad de oro, fueron las referencias para la nueva arquitectura de una sociedad que transitaba de los individuos hacia las masas. Esta obra aborda los contextos que explican su génesis colectiva, la orientación de sus principales protagonistas y los efectos que la Gran Guerra tuvo sobre la continuidad del proyecto generacional. Más allá de lo que circunstancialmente aconteció en aquellos años, la propuesta enérgica de los del 14 decanta un genuino y ejemplar sentido de la acción política en el ámbito de la compleja sociedad contemporánea.

Manuel Menéndez Alzamora es Doctor en Derecho por la Universitat de València y profesor de Ciencia Política y de la Administración en la Universidad de Alicante. Sus líneas de investigación principales se orientan al estudio del pensamiento político y la teoría política. Es autor del libro La generación del 14 (2006), que obtuvo el Premio Nacional de la Asociación Española de Ciencia Política (AECPA) y el XI Premio Nacional Ángel Herrera 2007 al mejor trabajo de investigación. Es editor y coautor de los libros Sobre el poder (2007) y Participación y representación política (2008), y coeditor y coautor de El sistema político y administrativo valenciano (2012) y Pensamiento político en la España contemporánea (2013).

Manuel, ¿te acercas a esta generación, la del 14, porque se les ha ignorado un poco desde la mirada de que siempre han quedado entre aquellas dos grandes generaciones, la del 98 y la del 27?

Manuel Menéndez Alzamora | La generación del 14 ha quedado efectivamente un poco a la sombra debido al gran impacto que tienen las dos generaciones que la acompañan en el orden cronológico. Estas dos generaciones, la del 98 y la del 27, son fundamentalmente literarias y esto las ha proyectado con gran intensidad en la esfera de la cultura.

Es la primera generación intelectual del siglo XX. ¿Qué aportó esta generación, a grandes rasgos, a este siglo…? ¿Y en el caso concreto de España?

Fue la primera generación propiamente intelectual, con el sentido que damos a la idea de “intelectual”. Quiere esto decir que el compromiso que adquirieron los protagonistas de esta generación fue real, no fue una pose o un apoyo momentáneo ante los problemas de la vida pública española, los del 14 se comprometieron en al arena política: fundaron periódicos, crearon partidos, se movilizaron más allá de la tertulia o el café.

En 1914 empezaba una guerra en Europa que, tiempos después, se extendería como Guerra Mundial, la Primera Guerra Mundial, la también conocida, como la Gran Guerra: ¿cómo la afrontó el grupo intelectual del 14?

Los del 14 se decantaron claramente por las naciones aliadas, Francia e Inglaterra, y contra Alemania, a la que identificaban con la monarquía y el militarismo frente a un mundo liberal representado por los aliados.

Se considera que España está en la periferia, pero aquí también hay “mentes lúcidas”, y mucho “talento”. ¿Qué es lo más destacado de aquellas gentes, de aquellos protagonistas desde la intelectualidad?

A principios del siglo XX España todavía está muy lejos de la vanguardia científica europea. Efectivamente, había talento pero las instituciones científicas y la universidad todavía distaba mucho de estar al nivel de las instituciones europeas. La ciencia no avanza a base de talentos aislados, se necesitan redes, laboratorios, circuitos científicos. La Junta para la Ampliación de Estudios fue una institución capital en este sentido, con sus becas permitió que centenares de jóvenes científicos viajaran a Europa. Sin la JAE no se entiende la generación del 14.

Al final, ¿qué se consiguió con el empeño de aquellos científicos, intelectuales y artistas que, con su empuje e ideas, dieron alcance a “sus colegas” de Europa?

Se consiguió que los grandes científicos pensadores y economistas de Europa contemplaran a sus colegas españoles desde su misma altura intelectual. Esto es un avance brutal si vemos las tasas de analfabetismo o de educación, media y superior, que teníamos en España a finales del XIX hace 110 años.

Una columna de prensa de Ortega y Gasset era capaz de tumbar un gobierno

Fue José Ortega y Gasset el principal protagonista de aquella generación, al decir de todos y bajo la mirada de los más entendidos, pero ¿cómo era su implicación y hasta qué dimensión crees que influyeron sus pensamientos, ideas y obras?

Ortega y Gasset fue el líder generacional, su liberalismo influyó en toda la generación y cualquiera de sus posiciones tuvo un gran impacto en la sociedad política de la España de los años veinte y treinta. Tuvo un claro liderazgo intelectual, algo impensable en la actualidad. Una columna de prensa de Ortega era capaz de tumbar un gobierno. Si vemos hoy en día el nivel intelectual de muchos personajes que tienen influjo social observamos una regresión terrible. Pero Ortega no fue el único, Manuel Azaña y Luis Araquistain son dos piezas fundamentales para entender a la generación.  

Libertad, cultura, educación, la ciencia, la libre circulación de ideas, el nuevo empuje en y desde la prensa fueron los campos donde concentraron sus fuerzas  intelectuales, científicos y artistas. Pero, ¿vieron recmpensa en su esfuerzo y sus pretensiones?

La recompensa fue parcial, es cierto que España da un paso de gigante en el ámbito de la circulación de las ideas, del pluralismo político, madura mucho como democracia, pero la Guerra civil supone una ruptura terrible en ese proceso de integración de España en los ideales europeos. La Guerra Civil destruye muchos de los avances del 14.

¿No fue esta generación una “generación revolucionaria”?

La palabra revolucionaria quizás no sea la apropiada, más que una revolución los protagonistas de la generación trataron de transformar las instituciones y la ciudadanía para construir una nación auténticamente democrática, la meta de Ortega y Azaña es la misma en este sentido. Se trataba de dar el paso del siglo XIX al XX y convertir a España en una nación verdaderamente democrática, con prensa libre y partidos alejados del caciquismo y el turnismo, una democracia con separación de poderes. La corrupción transversal que padecemos en pleno siglo XXI nos demuestra que la tarea era titánica y está por resolver.

La generación del 14. Intelectuales y acción política