lunes. 20.05.2024

Vicente I. Sánchez | @Snchez1Godotx

No es ningún secreto el gran amor que siente Wim Wenders hacia la cultura japonesa, cimentada en una especial admiración por directores tan emblemáticos como Kurosawa o Mizoguchi. De hecho, en 1985, el cineasta alemán grabó el documental "Tokyo-Ga", en el que, siguiendo la influencia del cine de Yasujiro Ozu, acaba haciendo un retrato fascinante de la cultura nipona a través de sus gentes, tradiciones y, en especial, de aquella ciudad tan llena de vida y al mismo tiempo monstruosa como es Tokio. Aquel documental, claramente influenciado por la mirada de Chris Marker, sigue siendo uno de los trabajos más reivindicables y fascinantes de la primera etapa de Wenders.

"Perfect Days", coproducción entre Alemania y Japón, es un paso más en la fascinación de Wenders hacia el país nipón y su cultura. Una carta de amor que inesperadamente se convierte en una de las mejores películas del cineasta en décadas y en una historia que nos devuelve a Wenders con la fuerza y vitalidad de los 80, con cintas como "Paris, Texas" (1984) y "El cielo sobre Berlín" (1987). Y no, no estoy exagerando. Si dejamos a un lado documentales maravillosos como "La sal de la tierra" (2014) o "Pina" (2011), cuesta encontrar una película de la calidad y belleza de "Perfect Days" en los últimos 20 años de su filmografía, con cintas muy irregulares como "Todo saldrá bien" (2015), "Palermo Shooting" (2008) o "Llamando a las puertas del cielo" (2005).

Una carta de amor que inesperadamente se convierte en una de las mejores películas de Wim Wenders  en décadas

La cinta nos cuenta la historia de Hirayama, un hombre sencillo y afable que disfruta de una vida muy tranquila limpiando los retretes de Tokio. Para él, la perfección de un día es cuando no hay sorpresas y todo se repite de manera tranquila y ordenada. Fuera de su estructurada rutina diaria, disfruta de su pasión por la música y los libros. Le encantan los árboles y les hace fotos. "Perfect Days" hace alusión precisamente a esos días en los que Hirayama disfruta de su trabajo contentándose con los pequeños regalos que la vida le da.

Wenders construye la cinta de una manera cíclica, repitiendo determinadas secuencias con ligerísimos pequeños cambios e introduciendo poco a poco a ciertos personajes que romperán su rutina. Se trata de una película sencilla que busca retratar la belleza de las pequeñas cosas, sin grandes alardes ni giros de guion. Su mensaje es claro: la belleza de lo sencillo y las pequeñas cosas son las que hacen que la vida valga la pena. De esta manera, seremos testigos de la vida de este misterioso hombre que apenas habla y que parece totalmente alejado de la vida social. Por ejemplo, resulta maravilloso que el protagonista se levante todos los días con el ruido que la hace la vecina al limpiar la calle de hojas, transformando la rutina diaria como su reloj biológico. 

Su mensaje es claro: la belleza de lo sencillo y las pequeñas cosas son las que hacen que la vida valga la pena

Puede que "Perfect Days" no sea perfecta, pero desde luego, Wenders demuestra que ha recuperado todo su pulso narrativo y maestría. Es una película contenida, llena de autoría, muy armoniosa y con algunos momentos de una belleza y poesía visual que la definen como una de las propuestas más interesantes de 2023. Así lo consideró también la última edición del Festival de Cannes, premiando el trabajo de Kôji Yakusho como mejor actor, que construye uno de esos personajes entrañables y honestos que nunca fallan. De hecho, la película se articula sobre la mirada y sonrisa de Kôji Yakusho, que transmite a la cinta un tono tan amable y positivo que hace que directamente queramos quedarnos a vivir entre sus planos. Poco a poco, Wenders nos irá dando pequeñas perlas y detalles que nos ayudarán a comprender la vida de Hirayama y cómo ha llegado a este punto, transformando la cinta en un universo mucho más complejo de lo que cabría pensar en un su inicio.

Leo que varios compañeros de la crítica definen "Perfect Days" como una película deliberadamente menor y sin pretensiones, y no puedo estar más en desacuerdo. Sobre esta poesía liviana y narrativa repetitiva, Wenders esconde una película muy profunda que propone reflexiones muy interesantes sobre el sentido de la vida y el valor de las pequeñas cosas. Es un cine honesto que mira con respeto al espectador y que nos sumerge en una historia donde la belleza es el gran pilar que mueve el mundo. Cine en mayúsculas. Ojalá Wenders continúe explorando este tipo de cine.

"Perfect Days" y el sentido de la vida según Wenders