lunes. 06.05.2024

Vicente I. Sánchez | @Snchez1Godotx

Ridley Scott ha expresado claramente en todas las entrevistas relacionadas con el estreno de "Napoleón" que su película no aspira a ser una lección de historia: "existen numerosos libros que especulan sobre la vida de Napoleón, es imposible saber cómo era realmente". Estas declaraciones no solo ofrecen una visión clara de la dirección de la película, sino que también sirven como un recordatorio del estilo característico de la filmografía de Scott, siempre marcado por un enfoque en el espectáculo y la intensidad. Películas como 'Gladiator', 'El reino de los cielos' e incluso 'Blade Runner' son ejemplos perfectos de esta búsqueda por impactar al espectador.

"Napoleón" es una película excesiva en todos los sentidos, empezando por su metraje original, que será de más de cuatro horas en su versión en Apple TV. La versión que podremos ver en los cines es una versión muy reducida con el objetivo de poder exhibirse en salas comerciales, con una duración de 140 minutos en el que se pueden apreciar importantes cortes y saltos temporales.

Donde no escatima Ridley Scott es en las batallas históricas de Waterloo y Austerlitz o en la llegada frustrada de Napoleón sobre un Moscú

A esto se une un guion escrito por David Scarpa lleno de licencias creativas y ausencias, como por ejemplo todo lo relativo a la invasión de España, o al Napoleón más humanista impulsor de reformas e ideas liberalistas. Aunque donde la cinta sufre los mayores recortes es en todo lo relativo a la segunda esposa de Napoleón, María Luisa, que apenas es esbozada en un plano de pocos segundos. Tiempo habrá de analizar si la versión de cuatro horas arregla estos detalles, pero todo apunta a que la historia simplemente profundizará en la relación de amor con Josefina, auténtico motor de la película.

Donde no escatima nada Ridley Scott es en las batallas históricas, muy bien filmadas y diseñadas en todo momento. Es cierto que los efectos especiales juegan un papel fundamental, pero es difícil no sentirse profundamente impresionado en las batallas de Waterloo y Austerlitz o en esa llegada frustrada de Napoleón sobre un Moscú totalmente abandonado por su enemigo. A sus 84 años, R. Scott se encuentra en plena forma y apunta maneras para su siguiente película, "Gladiator 2", que ya se encuentra en fase de producción.

Una historia excesiva que en el fondo solo busca contar la historia de amor entre Napoleón y Josefina. Todo lo demás es un caro e impresionante adorno

El estilo excesivamente épico de la película se refleja desde la elección de un actor tan excéntrico (y también excesivo) como Joaquín Phoenix para interpretar al protagonista. Nos encontramos con un Napoleón muy peculiar, valiente en combate pero tímido y llorón en su vida privada, con algunos rasgos que bien podrían ser tildados de bobalicones. Un personaje que no hará en ningún momento el famoso gesto de ocultar la mano derecha bajo la pechera, pero que sí se tapa los oídos cuando suenan los cañones. Es entendible que en Francia se haya dicho que se ridiculiza a Napoleón, porque lo cierto es que nos encontramos ante un hombre con claros problemas psicológicos. 

La actuación de Joaquín Phoenix es buena, aunque en esta ocasión no logra infundir un carisma especial y mágico a su personaje. La sensación de estar viendo al Joker vestido de Napoleón es evidente, y hay un tono de ridículo que se acentúa en las escenas con Vanessa Kirby (Josefina), quien no solo le anula como persona, sino que también parece maltratarlo emocionalmente. "Si miras hacia abajo, verás algo que ya no podrás olvidar nunca", le dice Josefina a Napoleón al comienzo de la historia, y esta parece ser la fuerza motriz principal de su pensamiento el resto de la cinta.

Finalmente, el “Napoleón" de Ridley Scott me ha dejado tan frío como la campaña del corso por Rusia. Estamos ante una historia épica que es capaz de enamorar y enojar en un mismo plano, con una historia excesiva que en el fondo solo busca contar la historia de amor entre Napoleón y Josefina. Todo lo demás es un caro e impresionante adorno.

"Napoleón” de Ridley Scott: la batalla por el corazón de Josefina