viernes. 19.04.2024

Su nombre es Marta Skavrosnky y era hija de Samuel Skavrosnky y de Elisabeth Moritz. Ambos murieron en el mismo año del nacimiento de su hija como consecuencia de una epidemia de peste.

Marta queda huérfana y es recogida por un pastor luterano de su ciudad de Mariemburgo, llamado Ernest Gluck. Éste explotó a Marta haciéndola trabajar continuamente y se despreocupo de su educación. Por lo cual era analfabeta.

Siendo muy joven, se casó con un oficial de dragones sueco llamado Johan Raabe. Éste tuvo que abandonar Mariemburgo, ciudad que fue conquistada por el ejército ruso. Catalina que destacaba por su juventud y belleza, entró al servicio del general ruso Bauer, que posteriormente fue cedida al mariscal Cheremetoff, para pasar por último a la casa del príncipe Alejandro Menchikof, donde pasó a ser criada amante.

Menchikof era amigo y cortesano de Pedro I y fue el primer gobernador de San Petersburgo. Es en esta casa, donde el zar Pedro I la conoce en el año 1703, convirtiéndola en su amante. Pedro I sorprendía por su gran altura que era 2,04 m.

Desde 1703 hacían vida matrimonial, hasta que en el año 1712 se casaron oficialmente y adoptó el nombre de Catalina I. Sin embargo ya estaban casados de forma secreta desde 1707 y lo que hicieron en el 1712 fue confirmar su matrimonio de forma oficial.

Cuando Pedro I se casó secretamente con Catalina, seguía casado oficialmente con Euxodia Lopukhina, a quien había encerado en un convento y con quien había tenido un hijo Alexis Petróvich, al que ordenó matar

En ese período aprendió a leer y escribir en ruso y se convirtió a la iglesia ortodoxa rusa dejando a la iglesia luterana a la cual pertenecía. De su relación matrimonial tuvieron once hijos, de los cuales sólo sobrevivieron dos hijas, Ana e Isabel, siendo esta última la que sustituyó a Pedro I el Grande.

Sus dos primeros hijos fueron Pablo y Pedro. Pablo pasó por hijo del capitán Gleick. De Pedro se encargó la hermana del zar, la princesa Natalia, pero ambos dos murieron en la infancia. Solo sobrevivieron dos hijas, Ana fue casada con el duque Carlos Federico de Holstein Gottorp y fruto de dicho matrimonio nació quien sería posteriormente Pedro III. Isabel acabó siendo emperatriz de Rusia y sucedió a su padre.

Decía su ayudante Genning Frederico Bassevick “el zar quería ver a Catalina en todos los lados. No había un solo desfile militar, inauguración de un buque u otra fiesta en la que no apareciera ella. Catalina estaba segura de tener el corazón de su cónyuge, se reía de sus frecuentes aventuras amorosas. El zar, cuando contaba sus aventuras, siempre decía: nadie puede compararse contigo”.

Catalina y Pedro I tuvieron una relación muy intensa y permanecieron mucho tiempo junto. Pedro tenía una salud muy delicada, y sufría con frecuencia ataques de epilepsia. Se decía que Catalina tenía dotes de curandera y atendía con presteza los ataques epilépticos de Pedro.

El ayudante del zar Bassevick decía “el sonido de la voz de Catalina tranquilizaba a Pedro. Ella le hacía sentarse, le ponía las manos sobre la cabeza y comenzaba a rascarle la cabeza suavemente. La acción era mágica: a los pocos minutos el zar se dormía. Catalina permanecía sin moverse dos o tres horas con Pedro dormido sobre su pecho. El zar se levantaba completamente vivo y fresco”.

En el año 1711, Rusia se encontraba en guerra con Turquía. En plena campaña militar de pronto el ejército ruso formado por más de 38.000 soldados, se vio rodeado por un inmenso ejército turco de más de 200.000 soldados, sin otra posibilidad que rendirse o ser exterminados. Catalina pide a Pedro I ser nombrada su embajadora para poder hablar con los turcos y se va a hablar con el Visir que dirigía las tropas turcas, ofreciéndole todas sus inmensas alhajas. Esta proposición de Catalina es aceptada por el Visir que permite unas condiciones ventajosas y que consigue salvar al ejército ruso y de paso también al propio zar. Como recompensa por dicha actuación, se casó oficialmente con ella el 10 de febrero de 1712.

Pedro I concedió el título de emperatriz a Catalina, que se convirtió en la primera mujer rusa en obtenerlo, anteriormente las funciones de la esposa del zar era la de consorte. En el año 1724, Catalina I fue nombrada corregente.

Pedro primero mandó construir la ciudad de San Petersburgo (ciudad que recomiendo visitar por su grandeza y magnificencia). En la construcción de dicha ciudad participaron cientos de miles de trabajadores rusos, provocando la muerte de muchos de ellos. Mientras se construía la ciudad, ambos vivieron en una cabaña, donde Catalina se dedicaba a la cocina y el zar Pedro I al cuidado del jardín.

Durante el reinado de Pedro I y Catalina, se intentó europeizar a Rusia. Se produjo una profunda reforma del ejército, permitiendo llegar a la oficialidad a personas que no tenían títulos nobiliarios. Controló muchísimo el poder de la nobleza rusa y estimularon la capacidad y la competencia intelectual de los rusos.

Toda esta política le granjeó la oposición del clero y de la iglesia ortodoxa rusa y la de los boyardos. Trajo a los mejores arquitectos del momento en Europa, como Bartolomeo Rastrelli y otros italianos que fueron los grandes diseñadores de la ciudad los cuales tuvieron como modelo a las ciudades de Venecia y de Amsterdan. También mandó llamar a los mejores escultores y pintores a Rusia. Su sueño y grandeza está a la vista en la ciudad de San Petersburgo.

Fundaron la Academia de Ciencias de San Pertersburgo, trayendo a los mejores matemáticos del momento como Leonhar Euler y Daniel Bernoulli.En política exterior se alió con el bloque austro-español junto a su yerno el duque de Holstein en contra de Inglaterra. Participó junto a los países escandinavos en la Liga de los Neutrales para garantizar el transporte marítimo en el océano Atlántico durante la guerra de la Independencia de Estados Unidos, intentando aislar a Inglaterra.

En el año 1724, Pedro I pilló en adulterio a Catalina con su secretario particular llamado Monees. Este fue decapitado acusado de malversación de fondos públicos. Pedro I le hizo ver muerto a Monees para que viera lo que había sido su adulterio. Este hecho provocó su alejamiento total de Catalina. Es curioso como Catalina consentía a las amantes de Pedro I pero este no a los de Catalina.

Sin embargo, en enero de 1725, Pedro I enfermó manda llamar a Catalina la cual acudió inmediatamente a su llamada y estuvo con él continuamente durante su enfermedad hasta que murió a finales de febrero de 1725, estando ella presente.

La muerte de Pedro I se mantuvo un tiempo en secreto, dado que sus enemigos la iglesia ortodoxa y los boyardos deseaban la desaparición de la pareja real, porque habían recortado sus derechos y sus privilegios.

El emperador había muerto sin nombrar heredero, pero según las leyes sucesorias de Rusia, le correspondía el cargo a su nieto Pedro, que era hijo de su hija Ana y de Carlos Federico de Holstein Gottorp, que había nacido en 1715 y en consecuencia tenía diez años y era menor de edad.

El círculo de ayudantes y leales, es decir la nueva nobleza formada alrededor de Pedro I, con Menshikov a la cabeza y con el apoyo de la creciente burguesía rusa unido a las tropas de elite apoyaron a Catalina I como nueva emperatriz de Rusia y lo consiguieron sin mayor oposición.

Fue el inició de una época de la historia rusa que se caracteriza por los continuos golpes de Estado y por el gobierno de los favoritos. Al mismo tiempo, Catalina abrió el camino para un siglo de reinados femeninos, incluyendo a Isabel y Catalina II. 

El historiador ruso Vasilli Kliucheusk comenta “Durante su breve gobierno, Catalina mimó cuidadosamente a las tropas de elite. Después de los desfiles, servía a los oficiales el vino con sus propias manos. Bajo la protección de posmilitares gobernó Catalina durantes dos años”.

La gran mayoría de los numerosos puentes existentes en San Petersburgo fueron mandados construir pro Catalina.

En sus dos años de gobierno siguió la política de Pedro I. Sin embargo, su vida se alteró muchísimo por sus excesos particulares, fiestas, borracheras, siendo muy aficionada al vino Tokai. Murió el 17 de mayo de 1727 debido a un ataque de hidropesía, cuando tenía 43 años. Está enterrada en la catedral dentro de la fortaleza de San Pedro y San Pablo en la ciudad de San Petersburgo.

Catalina I, como hemos podido ver, fue una gran mujer con carácter fuerte, que se supo reponer a una infancia durísima y que marco un papel fundamental en el mundo femenino ruso que se concebía en el tradicionalismo y que ella supo romper.

Catalina I la Grande