jueves. 28.03.2024

lecturassumergidas.com | @lecturass | Por Emma Rodríguez | “Es un absoluto placer acceder a las atmósferas, a los anhelos y derrotas de Virginia Woolf, una escritora esencial en el recorrido de la literatura contemporánea. Es una experiencia ante la que todo lector o lectora que haya amado sus libros no puede sentir más que agradecimiento. Su legado, sus diarios y cartas, nos permiten conocerla a fondo, pero la autora de Orlando no deja de ser un enigma, del mismo modo que el enigma late al fondo de sus narraciones. Sobre la escritura, que acaba de publicar la editorial Alba, es una interesante guía en la que Federico Sabatini, profesor de literatura inglesa en la Universidad de Turín, recopila una amplia muestra de esas misivas en las que Woolf reflexiona sobre la escritura y se muestra como una mujer convencida de que su destino está en el juego con las palabras, en la búsqueda de sus ritmos interiores, en el registro de las emociones más escondidas.

Virginia_Woolf_2“Virginia Woolf, al contrario que otros escritores de su tiempo, se ha convertido con los años en un verdadero icono (…) Su prestigio siguió creciendo con el tiempo tanto en el medio académico como en el sentir popular. Junto con su sorprendente y conmovedor suicidio, hay múltiples factores que han contribuido a que se la haya considerado un icono: fue una mujer que, a pesar de sufrir episodios de una enfermedad mental grave, consiguió escribir un corpus asombrosamente amplio de ficción y de crítica literaria; alguien que, a pesar de su frágil sensibilidad, tuvo la fortaleza de expresar abiertamente sus propias opiniones y de oponerse con firmeza a la cultura de su tiempo y a la tradición literaria que la precedió. Y, por último, una escritora valiente que, con su marido, fue capaz de fundar su propia editorial para poder disfrutar de una completa libertad de expresión”. Así la retrata Sabatini.

Virginia_Woolf_3Todos esos rasgos de su carácter se perciben mientras vamos repasando los mensajes que envió a sus interlocutores, a sus amigos y amigas, a sus cómplices en el oficio de la ficción. El antólogo nos anima a observar una vez más la famosa fotografía que le hizo a la escritora George Charles Beresford, una fotografía en la que aparece como una persona “etérea, refinada y vulnerable”, en palabras de su biógrafa Hermione Lee. Sin embargo, esa vulnerabilidad contrasta con su fina ironía, con su exigencia y fuerte sentido crítico respecto a su propia obra y la de los demás.

Pudorosa y atormentada por momentos, irreverente y original, Virginia Woolf aparece ante nuestros ojos como un ser contradictorio, siempre luchando entre dos lados de su personalidad: el deseo de soledad y la necesidad de los otros; el ansia de mostrarse frente al deseo de replegarse en sí misma. Virginia Woolf no oculta en ningún momento su batalla por alcanzar creativamente algo que siempre se le escapaba. Ese era su reto, nadar hasta la otra orilla, la inaccesible.

Llenas de matices, reflejo siempre de sus estados anímicos, las cartas de Woolf están llenas de melancolía, pero también de momentos de alegría, de plenitud. “¿No te ocurre que cuando escribes el mundo desaparece, salvo esa parte concreta que te sirve para escribir que, de hecho, se vuelve indecentemente nítida?”, le pregunta a Ethel Smyth, una de sus confidentes. Son muchos los hallazgos que encontramos en este libro donde encontramos a la escritora obsesiva y perfeccionista, a la incansable cazadora de sensaciones y también a la lectora exigente que no duda en criticar a Stevenson o a Joyce, cuyo Ulises tacha de “aburrido”.

Una indudable y sugerente puerta de entrada que conducirá, sin duda, a los más interesados, a otros volúmenes más extensos de sus cartas, de sus diarios, editados en España por distintas editoriales...

(Fotos: Wikipedia)

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Las cartas y claves de un icono llamado Virginia Woolf