martes. 23.04.2024
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“Para que la mujer llegue a su verdadera emancipación debe dejar de lado las ridículas nociones de “ser amada”, “estar comprometida”.

Nace en la ciudad lituana de Kaunas, el 27 de junio de 1869, en el seno de una familia, que regentaba un hotel en la ciudad. Lituania en aquellos momentos formaba parte del Imperio ruso, que estaba sumergido en una época de gran represión política, terminando la misma, con el asesinato del zar Alejandro II.

Recibió una educación de fuertes raíces eslavas y alemanas. Cuando Emma tenía trece años se trasladó con su familia a la ciudad de San Petersburgo, donde trabajó en distintas fábricas textiles

En ella permaneció apenas dos años, pues emigró a Estados Unidos, porque tuvo un fuerte enfrentamiento con su padre que pretendía casarla con sólo quince años. Su padre Abraham Goldman quiso casarla sin su consentimiento, su rechazo fue rotundo y muestra el inicio de su vida, llena de luchas y controversias por defender los derechos de la mujer a involucrarse con quien realmente amara.

 Le acompañó su hermanastra Helena, que fue siempre un apoyo emocional decisivo en el resto de su vida.

Ya en Estados Unidos, empieza trabajando como obrera textil. Cuando tenía veinte años se produce la revuelta de Haymarket donde son ahorcados cuatro anarquistas. Este hecho anima a Emma a unirse al movimiento anarquista, convirtiéndose en una activa revolucionaria. Teniendo veinte años se casó con un emigrante ruso pero este matrimonio apenas duró diez meses, separándose. Se trasladó a la ciudad de Nueva York. No se divorció para así poder conservar su ciudadanía norteamericana.

En Nueva York conoce a Alexander Berkman que era un notable anarquista norteamericano. Berkman participó en el intento de asesinato del empresario Henry Clay Frick y Emma lo apoyó, lo que provocó que las autoridades norteamericanas no le tuvieran simpatía. Berkman permaneció en la cárcel varios años.


Familia de Emma en San Petersburgo en el año 1882

En el año 1893, Emma fue encarcelada en la isla de Blackwell por instigar a los obreros a la huelga “pedid trabajo, si no os lo dan, pedid pan, y si no os dan ni pan ni trabajo, coged el pan”. La activista norteamericana Voltairine de Cleyre salió en defensa de Emma Goldman por su apresamiento.    Durante el mismo Emma mostró un gran interés por la educación de la juventud, que después desarrollaría a lo largo de su vida.

La causa del pueblo cubano, le llamó profundamente su atención y desplegó una gran energía recorriendo diversas ciudades norteamericanas denunciando la política imperialista del gobierno de los Estados Unidos con relación a Cuba y su guerra con España. Recogió fondos para la causa cubana

Nuevamente es apresada junto a otros nueve anarquistas, el diez de septiembre de 1901, al ser acusada de participar en el complot para el asesinato del presidente William Mckinley. A su detención respondió ¿tengo yo la culpa de que un loco haga una mala interpretación de mis palabras?

Desde 1906 a 1917 participa activamente en la revista Mother Earth “Madre Tierra” que tenía una tirada mensual. Por sus escritos fue  blanco constante de acoso. Esta revista sufrió bastantes incautaciones, con el encarcelamiento de Emma y otros miembros de la misma, así como la amenaza constante de deportación

En el año 1910 publicó “Anarquismo y otros ensayos

El once de febrero de 1916, Emma es nuevamente detenida y encarcelada por la distribución de un manifiesto a favor de la anticoncepción.

Siempre creyó, que el matrimonio era una desgracia, no sólo para las mujeres sino también para los hombres. Para ella, no existía ninguna relación posible entre el matrimonio y el amor. Su razonamiento partía de la base, de que aquella institución estaba concebida para sacrificar a las mujeres en el altar de la maternidad, y para estrangular toda posibilidad de independencia y de creatividad en ellas.

El matrimonio había sido ideado por los dos grandes monstruos de la sociedad contemporánea; el Estado y la religión. Solamente cuando los hombres y las mujeres entendieran al final que una pareja debía unirse con el único propósito de crecer juntos en todos los terrenos posibles, sería posible remontar los objetivos sórdidos para los cuales la sociedad burguesa había inventado el matrimonio.

En muchas conferencias de Emma, tuvo que ser sacada por la policía, pues sus puntos de vista resultaban intolerables para la sociedad puritana norteamericana. Promover y defender el aborto, significaba indicarle al estado burgués que el cuerpo le pertenecía a las mujeres y que podían hacer con él lo que le viniera en gana.

Era decirle al pueblo culto y civilizado que traer hijos al mundo, educarlos y atenderlos como verdaderos seres humanos, implicaba sustancialmente la toma de una decisión consciente y responsable por parte de la pareja o de las personas interesadas en dicho proyecto, no del Estado o de alguna iglesia que predicara la maternidad como un función de servicio a la sociedad civil.

Madre Tierra fue la revista que  se convirtió en un hogar de activistas radicales y librepensadores literarias alrededor de los EE.UU.

Cuando Emma habla de la mujer nueva, nos invita a ver más allá de lo que nos tienen acostumbrados  las convenciones vigentes, para así poder analizar el papel de la mujer en la sociedad civil. Creía que la lucha por la  liberación del amor, los sentimientos y las emociones, pasaba por la destrucción del Estado. Su lucha incondicional por la más absoluta y total libertad, en materia de derechos civiles, sexuales, culturales y personales llegó a veces a profundidades que muchos intelectuales anarquistas de la época, no lograron comprender en su totalidad.

La mujer nueva sería capaz de tomar sus propias decisiones, concernieran éstas a su vida personal o civil. Sus elecciones sexuales vendrían motivadas por una perfecta salud espiritual y física, donde sólo son válidos el amor y el placer. La maternidad sería también una elección libremente escogida. Ni el Estado ni la religión decidirían sobre un asunto que pertenecería a la más absoluta y responsable libertad personal.

Sorprendentemente se opuso a que las mujeres se entregaran a la conquista del derecho al voto. La dedicación y pasión que se había puesto en esta batalla decía ella, no era proporcional a los resultados que se esperaba obtener. Las sufragistas le parecían damas de buena sociedad. Creyendo que en la obtención del voto, podrían superar a los hombres, mejorar la sociedad y la civilización, ahí donde ellos habían fracasado.

El feminismo de Emma se curtió en las luchas callejeras, en las prisiones y en los debates cotidianos contra hombres y mujeres también, que la vieron como un monstruo de la conspiración o como un ángel de la liberación. Era una mujer que tenía perfecta claridad sobre los objetivos políticos, culturales e ideológicos por los que estaba combatiendo. Se atrevió a hablar del amor libre, en una sociedad y en un momento donde este tipo de consideraciones sólo podían ser hechas por varones.

La propuesta de amor libre hecha por los anarquistas, tiene que ver particularmente con la elección de pareja con quien unirse, o al amigo o amiga con quien quisiera compartir sus más profundos y acendrados ensueños.

El amor libre tenía que ser una fuerza, un conjunto de acciones, mediante las cuales, las personas involucradas fueran capaces de liberarse mutuamente, jamás podía ser una actitud contemplativa, solo reflexiva y racionalista.

La rebeldía sexual era un instrumento muy efectivo para que, al recuperar el control del propio cuerpo, las mujeres le hicieran ver al mundo la posibilidad de acercarse a los otros sin manipulación y mercantilización de las emociones más valiosas de que son portadores los seres humanos. Las distintas dimensiones del amor libre, emergían así entonces, con una claridad positiva, puesto que reducir el amor a la simple humedad de un acto sexual, era quitarle todo su poder expresivo.

El amor libre probó ser en la práctica, y en la teoría un instrumento eficaz para el acercamiento de los hombres y de las mujeres que comparten un mismo ideal: la libertad más absoluta, sin cortapisas de ninguna especie.


Emma Goldman y Alexander Berkman

En su vida personal no fue muy afortunada con el amor, pues tuvo peleas y desacuerdos con compañeros anarquistas, debido a los celos que amargaban el posible proyecto de vida que pudiera construir con ellos. La pasión con que Emma conducía sus relaciones personales, solían terminar con problemas. Sirva como ejemplo, cuando al compañero anarquista Most que estaba enamorado de ella, sin embargo  Emma le dijo que no quería nada con él, reaccionó de forma completamente incoherente con sus creencias anarquistas, supuestamente apoyadas en la tolerancia y jamás en la clásica posesión burguesa que tanto criticaba.

Su defensa de los derechos de las minorías, como de los homosexuales, a quienes llamaba “el sexo intermedio”, le ocasionaron serios problemas con las autoridades y el moralismo rancio de las sociedades occidentales

Nuevamente es detenida en 1917 por cuestionar la ley que obligaba al servicio militar obligatorio. Fue muy crítica con la I Guerra Mundial, a la cual la consideró fruto del imperialismo imperante en la época.   Además se declaró profundamente pacifista.

Como consecuencia de esta detención fue juzgada, presidiendo el tribunal Edgar Hoover que acabó dirigiendo el FBI, que era profundamente anticomunista y que fue el que desató la represión a los artistas en Hollywood. La sentencia significó la expulsión del país. Fue deportada a Rusia en el año 1919. Hoover declaró que Emma Godman era una de las mujeres más peligrosas de América.

Antes de volver a Rusia, la causa de los bolcheviques había logrado aglutinar un importante apoyo entre los círculos políticos, sociales e intelectuales de la izquierda radical emigrada norteamericana.

Permaneció  en la Unión Soviética entre los años 1920 y 1922. Participó en la sublevación anarquista de Krosntadt. Al principio apoyó  la política comunista pero enseguida se volvió crítica. De esta época son sus dos obras: “Mi desilusión con Rusia” y “Mi posterior desilusión con Rusia”.

Emma analiza los cambios que se operaron en la cotidianidad de los rusos con el proceso revolucionario, que a simple vista pareciera haber sido catastrófico, pero en realidad, dejó muchas cosas viejas intactas. Ella buscaba la frescura de la utopía, unida con la fuerza de la esperanza de una cotidianidad construida con el dolor y el sufrimiento.

Cuando critica al estado soviético lo hace de forma integral. Analiza las consecuencias  para la familia, el papel de la mujer, el matrimonio, el amor libre y la educación de los hijos. Todos estos aspectos fueron ligeramente modificados por los soviéticos, quienes a veces encontraron grandes resistencias para desprenderse  de la antigüedad, en lo que respecta a las relaciones de pareja, a las condiciones de género y a la discriminación de las minorías, como los homosexuales, a los que Lenin persiguió de una forma feroz.

En su largo viaje por Europa, después de su salida de Rusia, tuvo que hacer frente a fuertes críticas y al sarcasmo de mucha parte de la izquierda europea, que veían en el proceso revolucionario, una esperanza para la clase trabajadora del mundo. Emma se dio cuenta enseguida del peligro que el burocratismo significaba para la revolución. Sus críticas se dirigían no solo al proceso revolucionario ruso, sino también en  todo lo que estaba sucediendo en Italia y Alemania.

Reflexionó mucho sobre el papel de la mujer nueva y algunas de sus reflexiones levantaron gran escándalo, debido a lo avanzado de sus ideas.

Para una parte importante de la intelectualidad norteamericana de los años veinte y treinta, la revolución rusa representaba un avance muy importante en los ideales por los que habían luchado muchos años. Las mujeres recibieron con gran entusiasmo y expectativas tal revolución.

Entre los años 1922 y 1928 se dedicó a escribir uno de los libros más importantes “Viviendo mi vida”, sin el cual difícilmente comprenderíamos algunas de sus preocupaciones

Salió de Rusia y se instaló definitivamente en Canadá.

Emma escribió mucho sobre la guerra civil española (1936-1939) con gran sentido de la responsabilidad, pues a pesar de no dominar el castellano, la experiencia republican le permitió darse cuenta de los límites reales de la utopía anarquista. La guerra civil la puso frente afrente con el problema de la relación entre individualismo y corporativismo en un posible proyecto de sociedad basado en los ideales del anarquismo.

La participación de los anarquistas en la guerra civil española, la hizo pensar en las posibilidades del individuo y de la organización con fines eminentemente de ayuda mutua. Sin el apoyo de las brigadas internacionales, el dictador Franco se hubiera instalado en el poder mucho antes de lo que finalmente sucedió.

En el año 1936, colaboró con el gobierno de la II República española, tanto desde Londres como desde Madrid, participó en la guerra civil. Destaca un artículo suyo sobre el anarquista español Buenaventura Durruti “Durruti está muerto, todavía vive”.

Muere en Toronto (Canadá), el 14 de mayo de 1940. Canadá fue su lugar de residencia durante sus últimos años de vida. Acabó siendo enterrada en Chicago, en el mismo cementerio donde están enterrados los asesinados de Haymarket de 1887.

La tumba de Goldman en Illinois, cerca de las de los anarquistas ejecutados por  en Haymarket. La fecha en la piedra es incorrecta.

Su primer lugar de enterramiento fue Canadá, pues el gobierno de estados Unidos no permitió que fuera enterrada en el país, al considerarla una mujer peligrosa. Posteriormente es, cuando es trasladada y enterrada en Chicago. Su legado a las mujeres occidentales fue una inyección de orgullo y claridad de objetivos. Apegada a la tradición anarquista de fomentar y proteger la más absoluta tolerancia y libertad en la palabras y las acciones, los esquemas de pensamiento del más radical de los feminismos siempre tendrá algo que decir, cuando se trata de rebelarse contra cualquier expresión autoritaria e irrespetuosa de las libertades individuales.

Es fundamental recuperar la historia  de la mujer y más como la de Emma, para que la sensibilidad y la capacidad de soñar no se nos vaya de la mano de la globalización, que  entre otras cosas, aspira a que el individuo, por lo que tanto luchó una mujer como ella, termine percibido únicamente como una máquina de consumo.

El amor libre de la anarquista Emma Goldman