sábado. 20.04.2024
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Es un tema serio por la responsabilidad de los gestores de toda la cadena de comunicación sobre estas temáticas por sus efectos en la ciudadania a corto y largo plazo y tanto reales como emocionales

La Sociedad está ávida de información sobre su salud y especificamente sobre los alimentos, las dietas y su influencia sobre la misma. Es un tema serio por la responsabilidad de los gestores de toda logo-triptolemosla cadena de comunicación sobre estas temáticas por sus efectos en la ciudadania a corto y largo plazo y tanto reales como emocionales.

Nuestra civilización humanista se sustenta en las creencias, grandes o pequeñas, y en su comprobación por la ciència, que a veces lo consigue, validando la creencia, y otras no. En el binomio alimentación-salud las comprobaciones y los avances, han sido abundantes y constituyen un solido “corpus” que va enriqueciendose en conocimiento y detalles. Pero el mundo de la alimentación y de las dietas es complejo, a veces se tiende a presentar alternativas a la ciencia, cosa que no sucede en otras áreas de salud, en  la lucha contra el càncer por ejemplo. Todo ello exige no solo información veraz, sino tambien clara, pedagógica y no abierta a falsas ilusiones y confusiones.

Y no solo es cómo y dónde se publica el texto, el titular, su tipo de letra, las ilustraciones.... todo ello tiene un impacto muchas veces superior al contenido del texto, sobre el cual el lector ya piensa que lo ha comprendido todo a través del gran titular y sus imágenes. Con buen criterio la legislación regula, que en los diseños de los envases de los productos, figure la expresión “Sugerencia de presentación” (si existe esta sugerencia gràfica). El problema es su pequeño tamaño que lo hace casi invisible en comparación con el impacto de las imágenes.

El contenido del texto y la representación de la imagen escogida, deben de formar parte de la responsabilidad de la propia empresa agroalimentaria. Así, a la empresa de servicios imprescindibles, se podría añadir el de contribuir, no solo la responsabilidad de suministrar alimentos, sino a la formación de los ciudadanos a través de sus mensajes de comunicación. De tal forma que no entrasen en contradicción con realidades comprobadas de las ciencias experimentales y manteniendo el principio de coherencia entre el texto escrito, el titular y la  imagen que les acompaña.

Estas reflexiones me aparecen por la lectura de un reciente Magazine dominical de un prestigioso periódico. El texto, explicaba la introducción de vegetales en los platos de un famoso cocinero, platos tipicamente omnívoros, pero en todos ellos estaba presente un producto del reino animal, mantequilla, yogourt, quesos... y el gran titular era “creatividad vegetariana”, introduciendo un primer impacto al lector de que las recetas eran vegetarianas. Un ejemplo que contribuye a ilustrar lo que algunos pensadores defienden: estamos en la era de la post-verdad, y en este caso que ilustro, la introducción emocional de conceptos nutricionalmente erróneos aprovechando el auge mediático de la dieta vegetariana.

El poco cuidado en introducir conceptos erróneos en cosas básicas no solo del mundo alimentario, sinó de tantos otros campos, a través de imagenes o textos, es cada vez más frecuente y se debería evitar, ya que introduce el confusionismo y el error a niveles de conceptos de enseñanza primaria. Otro ejemplo: una famosa marca de productos alimenticios, en uno de sus preparados para salsas da la siguiente instrucción: “Disolver una cucharada de mantequilla en 200ml de agua”. El creyente lector pensará: si que ha avanzado la ciencia, !ahora las grasas ya son solubles en agua! el colegio o la universidad no están al dia! Más: en un anuncio televisivo de una prestigiosa marca de pastas para sopa, se dice que su pasta de trigo duro no “blanquea” el agua: ¿O es que los trigos blandos contienen detergente que blanquea? En fin, confusión y no formación. Los trigos blandos tienen más almidón , que liberado en el agua de cocción produce el engrudo que pega la pasta. ¿No ayudaría esta sencilla explicación a que el consumidor entendiese un poco más la composición de las harinas y de cómo ella influye en el comportamiento en la cocina? No solo otra ocasión perdida sinó un aporte a la incultura alimentaria, tan necesaria de erradicar. La lista es larga.

Hay que cuidar estos detalles, son ejemplos quizá banales pero ilustrativos. En un mundo cada vez más tecnificado deben de crearse las bases sólidas del conocimiento, desde los principios más elementales. En caso contrario,  fomentamos la confusión y la aparición  múltiple de post-verdades. Y ello hay que realizarlo desde los conceptos más fundamentales, sobre los cuales se van construyendo los demas y con la colaboración de todos los elementos de la comunicación, textos, titulares, fotografías, gráficos... y todo ello con un pequeño esfuerzo de responsabilidad, de coordinación y de comprobación, comunicar en base a una adecuada documentación.


Fundación Triptolemos para el desarrollo agroalimentario desde el 2002 colabora en la optimización y articulación del funcionamiento del sistema alimentario, para que redunde en una mayor disponibilidad y calidad de los alimentos, en la confianza y dignificación, en un entorno de sostenibilidad global, en la convicción de que no puede haber un desarrollo sostenible y equilibrado socialmente si, en la base, el sistema alimentario global no mantiene el equilibrio entre sus actores.

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