martes. 16.04.2024
europela

Parece mentira, pero en los años 80 abundaban las familias que vivían sin pasar penurias y pagando religiosamente todas las facturas mensuales y, encima, se obraba el milagro de que podían ahorrar un dinerillo que acababa en la mítica libreta de ahorro.

Estamos hablando de unos 360 euros mensuales, una cantidad que en los tiempos actuales haría a una familia directamente merecedora de ayuda social dado que se situaría por debajo del umbral de la pobreza. De hecho, esa cifra es, si cabe, muy inferior a los 8.011 euros anuales, el mínimo considerado para no estar en riesgo de pobreza.

Muchos se preguntarán cómo era posible semejante proeza con tan solo un sueldo en casa y la verdad es que podemos encontrar fácilmente la explicación a tal hazaña: no había IVA, ni tecnología por doquier (ni ordenadores, tabletas, consolas, móviles ni televisión de pago), ni varios coches en casa con sus correspondientes seguros, entre otras cosas.

Según Henry David Thoreau, autor de la reverenciada Walden, una persona necesita muy poco para vivir, pero el consumismo lo ha complicado todo. Lo cierto es que el autor ya se quejaba de un consumismo desaforado en el siglo XIX, así que no podemos imaginar qué lindezas dedicaría a este maravilloso siglo XXI. El escritor, precursor del ecologismo actual, experimentó dos años de vida en los bosques en una cabaña que él mismo construyó a la vera de una laguna llamada Walden, de ahí el título de la novela. Tal aventura financiera tuvo lugar en 1845 y sirvió para demostrar que era posible vivir sin mucho dinero, más bien nada, y mantenerse a costa de comer lo que uno mismo cultiva.

Resulta obvio que el ahorro ha cambiado mucho a lo largo de la historia. Muchas veces motivado por un cambio en nuestra forma de consumo. Por suerte, parece que volvemos a enderezar el rumbo pues, según el estudio ‘Los españoles ante el ahorro y la jubilación del Instituto Aviva’, el porcentaje de españoles que logra ahorrar mensualmente entre el 5 y el 30 % de sus ingresos ha sido de un 42 % en 2015. Llegados a este punto, la pregunta es evidente: ¿y cuánto ahorrábamos en 2014? Pues un 39,6 %. Por lo tanto, hemos mejorado en 2,4 puntos.

En suma, el ahorro vuelve a nuestras vidas pues nos hemos percatado de que lo necesitamos como el aire que respiramos y que jamás debimos menospreciarlo. Con suerte, remataremos este 2016 con más ahorradores.

Una familia en los años 80 podía vivir con 60.000 pesetas mensuales, ¿qué ha pasado?