viernes. 19.04.2024
agricultura-urbana

logo-triptolemosLa ciudad invade al campo, impone el asfalto a la tierra de cultivo. Aunque no siempre ha sido así esta ha sido la realidad y la creencia mayoritaria. Pero surge un movimiento hacia el equilibrio, o más exactamente de colaboración. El concepto de esta potencialidad agraria de la estructura ciudadana la dio ya el Reino Unido durante la II Guerra Mundial al convertir sus jardines (incluidos los del palacio de Buckingham) en campos de cultivo. Evidentemente no alimentaron a toda la Gran Bretaña pero fueron sumando más a unas necesidades objetivas. Y ya hace algún tiempo que las Escuelas de Agrónomos estudian lo que se denomina “Agricultura periurbana” siendo pioneras sobre la importancia de esta realidad que afecta no sólo a la producción sino a los mecanismos de relación en la propia sociedad.

Actualmente el favorecer la interfase ciudad-campo se debe no sólo a motivos de suministro. A este motivo, que cada vez incrementará su relevancia sobre todo al incrementarse la población y su nivel de vida (¡que todos esperamos!) provocando a nivel global un incremento de la demanda, se le suman otros motivos de mayor o menor importancia según criterio del observador, pero indudablemente son factores a considerar: la gestión física de los condicionantes del medio ambiente, aguas pluviales, aguas residuales..., las nuevas tendencias (o modas) dietéticas que buscan productos frescos y de proximidad, la necesidad de fomentar la innovación en esta área y la creación de pequeñas empresas autogestionadas… El papel urbanístico de las áreas agrarias en el bienestar de la población.

En este entorno nace, dentro de la UE, un movimiento de pequeñas ciudades que viven más intensamente estos problemas por su cercanía al campo y a la vez por ello más sensibles al tema y más cercanas a las soluciones concretas. La referida asociación recibe el nombre de AGRI-URBAN, y es una sección específica para el tema que nos ocupa del proyecto URBACT de la Fundación Europea para el Desarrollo Regional. A día de hoy, forman parte del proyecto 11 pequeñas ciudades de 10 países (desde Suecia hasta Grecia). En España existe inquietud por este tema. Es el único país que participa con dos ciudades y además una de ellas es la líder del proyecto: Baena con 15.000h Hectáreas en Córdoba y la otra es Mollet del Vallés con 10.000Hectáreas en Barcelona.

Mollet de Vallés es la que presenta una posición geográfica ciudad-campo más delicada, pero por ello sus soluciones son más apasionadas y complejas. A menos de 20km de Barcelona, Mataró, Terrassa, Sabadell y Badalona es el laboratorio ideal para ensayar las mejores soluciones para la harmonía agricultura –ciudad. Sus laboratorio tiene un nombre “Parque agrario de Gallecs” con 734 Ha situadas el 61% en el término municipal de Mollet, en unos terrenos destinados en 1968 a la construcción de una zona urbana (130.000 habitantes), pero la presión social y las nuevas visiones de la realidad hicieron suspender el proyecto en 1981.

Desde el 2005 el parque es muy activo. Desde el punto de vista científico y tecnológico tiene el soporte de 2 universidades de su entorno: la UAB (Cerdanyola del Valles) y la UB (Santa Coloma de Gramenet). Centra sus actividades en 4 grandes líneas:

  • Mercado de proximidad favoreciendo la venta directa productor-consumidor con dedicación preferente a la producción ecológica. Ayudas a jóvenes emprendedores activos en esta área
  • Creación de pequeños huertos para el uso de autoabastecimiento de familias. Hay 198 con una superficie aproximada de 200m2 cada uno de ellos
  • Desarrollo de nuevos negocios de tipo medio en el entorno agroalimentario. El parque dispone de instalaciones de procesado (molinos, cocinas industriales….)
  • Favorecimiento de las políticas públicas acerca del uso de productos de proximidad y orgánicos, en escuelas y servicios municipales

Esfuerzos como el que realiza URBAN ACT, específicamente para coordinar campo-ciudad en el tema alimentario, fueron reconocidos en un manifiesto celebrado el pasado 9 de junio en Mollet. Las acciones que realiza AGRI-URBAN son un aporte fundamental al funcionamiento del sistema alimentario global, en su visión y acciones las hay evidentemente en la producción, pero también el sistema (ecológico primordialmente) y el cultural y social, sin olvidar las empresas y los emprendedores. Todos ellos son componentes del sistema, pero la realidad del sistema es mucho más amplia y compleja. Su papel en el futuro es no quedar como una experiencia de laboratorio, sino el de integrarse en la globalidad para aportar al mismo, aquellos puntos que contribuirán a su mejora y de ello establecer unos vínculos de coherencia para conseguir disponibilidad de alimentos, para nuestra generación y las futuras en un entorno de sostenibilidad, sin olvidar el contexto cultural en el que el alimento se mueve.


Fundación Triptolemos para el desarrollo agroalimentario desde el 2002 colabora en la optimización y articulación del funcionamiento del sistema alimentario, para que redunde en una mayor disponibilidad y calidad de los alimentos, en la confianza y dignificación, en un entorno de sostenibilidad global, en la convicción de que no puede haber un desarrollo sostenible y equilibrado socialmente si, en la base, el sistema alimentario global no mantiene el equilibrio entre sus actores.

Ramon Clotet | Secretario Fundación Triptolemos

La ciudad y la producción alimentaria