viernes. 19.04.2024
movi
Fotos: Johari Gautier Carmona

@JohariGautier | Pocos días después de que haya finalizado el Congreso Mundial de Móviles en Barcelona (léase en inglés el Mobile World Congress), todavía persiste esa sensación de que un maremoto tecnológico ha literalmente sumergido a una ciudad entera durante 4 días con un barullo sinfín de marcas, anuncios aireados y demonstraciones en pantallas gigantes para impresionar a todo visitante.

En ese contexto colorido y altamente bullicioso, cuesta entender lo que ha sucedido y, más todavía, cuando ya nos llegan los anuncios de otro constructor experimentado en eso de captar las atenciones con imágenes revolucionarias como es el caso de Apple (y de su I-watch).

Lo cierto es que el mensaje sostenido durante los últimos dos o tres años ha cambiado sensiblemente. La movilidad ya no es algo en camino, sino algo palpable y real que va a arraigarse más con una ampliación del potencial de los dispositivos existentes.

Ya es posible hacer de todo con un teléfono móvil pero el concepto que resalta en esta última edición del Mobile World Congress no es el de la “movilidad clásica a través del teléfono móvil” sino la idea de “movilidad constante” que implica que vayamos de un lugar a otro sin nunca estar desconectado, o dicho de otro modo: se podrá estar conectado continuamente pese a las circunstancias y el lugar.

¿Qué implica esto? Muchas cosas. Primero que el teléfono móvil –aunque sigue siendo el elemento dominante de la movilidad- ya no domina todas las esferas de la conexión a Internet, chats y otras aplicaciones que nos permiten estar en contacto con la gente que nos rodea.

Relojes de última generación –como el presentado por el fabricante chino Huawei–, vienen a cubrir funciones que se hacían esencialmente con los teléfonos o los ordenadores. Hablar, responder emails, o tomar fotos ya serán acciones normales en medio de las compras o de una sesión de deporte matutina.

De la misma forma, los coches o motos están plenamente conectados a la web y nos ayudan a encontrar nuestro camino en esa maraña de complicaciones diarias. El direccionamiento geo-satelital, las temperaturas exteriores, y múltiples otras funciones dignas de una agenda personal son algunas de esas posibilidades.  

La miniaturización de la tecnología también permite que cámaras, grabadoras y aparatos tecnológicos se integren perfectamente en cualquier objeto. Así es como la empresa Intel presentó una camiseta que contiene en su parte delantera una cámara que facilita la grabación de imágenes en alta resolución (y quizás otras funciones adicionales) mientras la persona interesada se está desplazando.

Esa idea de “movilidad constante” también se encuentra en los dispositivos del gigante coreano Samsung quien, además de lanzar su último producto de alta-gama S6, demostró que los teléfonos móviles servirán en breve de accesorio para recrear la realidad virtual.

Al insertarlo en un casco especialmente diseñado para la ocasión, el móvil se convierte en la pantalla principal de un viaje en tres dimensiones donde todas las perspectivas son infinitas. Algo que nos traslada a las mejores películas de ciencia ficción de los años 80 (como Total Recall). Ya es innegable que en un futuro será posible viajar y trasladarse a cualquier parte colocándose sobre la cabeza este tipo de accesorios.

Finalmente, para que todo esto sea posible, es necesario disponer de una tecnología que garantice una máxima navegabilidad y, en ese sentido, la industria ya está preparada. El 5G está listo para reemplazar al 4G (que llegó hace poco más de un año en Europa). Los operadores son los que, extrañamente, exigen más tiempo para no confundir –o frustrar– al consumidor.

En resumidas cuentas, la movilidad nunca había sido tan móvil. Los dispositivos tan rápidos y ligeros. Ahora sólo tendremos que buscar excusas para la tranquilidad y privacidad, las más afectadas por ese baile imparable de la tecnología. Pero confiemos: en eso están trabajando los desarrolladores de aplicaciones.

La movilidad se acapara de todo