viernes. 19.04.2024
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Pedro Cárdenas | Periodista colombiano

Uno de esos periodistas hechos a sí mismos que se enfrentaba a peligrosos enemigos y que afirmaba de manera inocente pero rotunda que “solamente me da miedo que un día me dé miedo”

Pedro Cárdenas era un periodista de los de antes. Un periodista empírico, un autodidacta que se dedicaba a repartir periódicos y un día decidió ser quien los produjera. Productor en el más amplio sentido de la palabra, escribiendo su contenido, debatiéndolo en algo parecido a un consejo de redacción junto con su esposa, su hija e hijo, y repartiendo él mismo el producto de ese proceso.

El 5 de junio se cumplieron siete años de la muerte de este comunicador colombiano después de haber sobrevivido a estar en la lista negra de los paramilitares que querían acabar con una voz discordante, un denunciador de sus prácticas corruptas y violentas. Estuvo secuestrado, su hijo menor sobrevivió a las esquirlas de un carro bomba y a su hija se la llevaron para amenazarle y asustarle en la carne de sus seres queridos.

Bajo protección por las amenazas recibidas, Cárdenas siguió con su labor informativa hasta que la muerte le encontró. Uno de esos periodistas hechos a sí mismos que se enfrentaba a peligrosos enemigos y que afirmaba de manera inocente pero rotunda que “solamente me da miedo que un día me dé miedo”.

Voces del Tolima era “su” periódico. A veces con no más de cuatro páginas, sin publicidad, porque, como él mismo dice al terminar uno de esos peculiares consejos familiares de redacción, “el periodismo puede ser malo o bueno pero debe ser libre”.

Conocí a este “periodista en extinción” a través del programa de RTVE “En portada”. En esa edición de mayo del año 2010, bajo el título de “Maldito oficio”, José A. Guardiola nos presentaba a Pedro Cárdenas. El periodista colombiano es el hilo conductor de un documental que explora y denuncia la situación de las y los profesionales del periodismo, los independientes y los vinculados a los medios.

No creo que el periodismo, el bueno, vaya a desaparecer. La actual crisis es más de medios, de empresas de información, que de profesionales de la comunicación y la información. Hago uso del reportaje de “En portada” en mis clases porque invita a la reflexión y porque creo importante mostrar que sí se puede hacer buena información. Y que mientras sigan existiendo profesionales que le apuestan todo a trabajar para lo que se supone que se creó el periodismo, para denunciar las injusticias, no hay riesgo de desaparición.

Historias de periodistas anónimos que se enfrentan al peligro de contar sus verdades y periodistas reconocidos que han sido amenazados por contarlas. En el programa se rescatan los testimonios de grandes profesionales como Jon Lee Anderson, Anna Politkovskaya, Ahmed Rashid, Roberto Saviano, Carmen Arístegui, Omar Faruk,…

Un documento que salpica la narración con situaciones de periodistas y medios alrededor del mundo, de Irak a China, pasando por Colombia, Italia, Somalia, Gaza, México, Pakistán, Cuba, Honduras, Sudáfrica,… y las cifras de profesionales asesinados, secuestrados o amenazados en cada lugar en los últimos años.

Un guión atravesado por este reportero local que se agiganta a los ojos de quienes le ven con la historia de su vida, con su afán por contar la verdad y con su empeño en que el periodismo es fundamental para luchar contra las injusticias sociales en todo el mundo; y lo hace llamando a las cosas por su nombre, “cómo más voy a decir al que roba, ladrón; y al que mata, asesino”. Un pequeño gran cronista que creía que los proyectos periodísticos se sustentaban “a base de puro sueño.” Era, como le decían los habitantes de Honda, la población en la que le secuestraron, un “duendecillo, un ilusionado repartidor de tesoros”.

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Cárdenas escribiendo su Voces del Tolima

La propia web de Televisión Española informa que “Maldito oficio” es un documento coral que “trata de mostrar que el periodismo es una buena herramienta en malos tiempos.” Y está dedicado a todas y todos, pero sobre todo a aquellas personas que trabajan la comunicación conviviendo a diario con víctimas y victimarios. El programa se llevaría el premio al mejor reportaje informativo y el premio del jurado en el World Media Festival de Hamburgo en 2011.

Pedro Cárdenas era consciente, tal como advertía al inicio del documental, de que le iban a matar. Pero se murió de un infarto cerebral pocos días después del estreno de este trabajo periodístico. Con su pequeño medio Voces del Tolima, uno de los departamentos de Colombia, situado al suroeste de Bogotá y cuya capital es la ciudad de Ibagué, cumplía con los tres pilares que pedía el maestro Gabo: la prioridad de la vocación, que todo periodismo es investigativo y que la ética siempre debe acompañarlo. A lo que él sumaba su dedicación y profesionalismo.

Dada la actual situación de la libertad de expresión, de la de prensa y de la ausencia de un reconocimiento mundial al derecho a la comunicación, ejercer el periodismo comprometido, libre y ético es y seguirá siendo un maldito oficio, pero tal vez el mejor y más necesario oficio del mundo.

Profesional de un maldito oficio