viernes. 29.03.2024
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Alfonso Prat-Gay en el Foro de Inversión y Negocios el pasado mes de septiembre. (Foto: Flickr)

Con la salida de Prat-Gay del gabinete, y las responsabilidades de la Economía en diversos ministerios, es el presidente el que en la práctica centralizará todas las decisiones sobre la política económica

jgonzalezok | Era uno de los principales ministros del gabinete de Macri, aunque no el superministro de Economía que algunos pedían, ya que el presidente argentino no quiso que ningún miembro de su gabinete tuviera tanto poder. Alfonso Prat-Gay fue desplazado por diferencias políticas, según explicó en conferencia de prensa el jefe de Gabinete, Marcos Peña, pero agregó: “no se trata de internas sino de una visión de cómo organizar el trabajo dentro del gabinete ministerial”. Es decir, según la versión de Peña, no serían temas de fondo o de política económica los que provocaron la salida de Prat-Gay.

Esta baja se produce cuando el gobierno de Macri apenas había cumplido un año en el poder. Y días después de la salida de Isela Constantini, presidente de Aerolíneas Argentinas, un cargo importante para el gobierno de Macri. En este caso, por discrepancias con el ministro de Transporte. La cartera de Hacienda y Finanzas, que deja libre Prat-Gay, será dividida en dos: Nicolás Dujovne se hará cargo de Hacienda y Luis Caputo de la cartera de Finanzas.

Prat-Gay, de 51 años, y a quien también le hubiera gustado ser ministro de Relaciones Exteriores, tuvo varios aciertos en su gestión. Los principales fueron la salida del cepo al dólar que había impuesto el anterior gobierno, sin provocar ninguna catástrofe económica o financiera, como muchos auguraban. También el acuerdo con los fondos buitre. Y la normalización de las relaciones internacionales, después de varios años de conflictos comerciales. Pero no logró domar la inflación ni superar la recesión.

El ya ex ministro se va del gobierno después de varias peleas sonadas con otros miembros del gobierno. La más conocida es la que tuvo con el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, a quien reclamaba bajar las tasas de interés para reactivar la economía. Pero también tuvo otros conflictos, como los que protagonizó con el ministro de Energía, Juan José Aranguren. Pero, sobre todo, su fue haciendo cada vez más difícil la relación con el jefe de Gabinete, Marcos Peña.

El nuevo ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, es titular de una consultora especializada en macroeconomía, conducía hasta ahora un programa de televisión con el periodista Carlos Pagni, es columnista habitual del diario La Nación y colaboró en la plataforma electoral de Mauricio Macri. El nuevo titular de Finanzas, Luis Caputo, es el hombre que negoció con éxito el acuerdo con los fondos buitre, además de ser primo del mejor amigo del presidente.

En uno de sus últimos artículos, Dujovne destacaba el drama de la informalidad laboral, que afecta al 35 % de lo trabajadores argentinos. “Es inviable para el país e injusto para quienes lo sufren”, afirmó. Su explicación fue que Argentina tiene impuestos, una justicia laboral y regulaciones laborales inviables: “En la Argentina, los impuestos al trabajo generan un costo laboral 40 % más elevado que el salario de bolsillo. Esa cifra se compara con menos de 10 % de sobrecosto en Chile y Australia y meno de 20 % en Canadá, México, Israel, Corea del Sur y Estados Unidos”. Y añadía que la justicia laboral argentina parece diseñada para que las empresas cierren sus persianas y sus dueños inviertan  en letras del Banco Central.

Más polémica –y ya lo están empleando los adversarios del gobierno- es su idea de que sobran un millón de empleados públicos, que en su opinión, “representaron un seguro de desempleo encubierto”. En este sentido, se interpreta su llegada al ministerio como un impulso del gobierno de Macri para reducir el déficit fiscal, una meta que no logró en este año el ministro saliente, Prat-Gay. La oposición habla de un ajuste ortodoxo del gobierno de Macri.

Con la salida de Prat-Gay del gabinete, y las responsabilidades de la Economía en diversos ministerios, es el presidente, Mauricio Macri el que en la práctica centralizará todas las decisiones sobre la política económica. Pero seguramente no sucederá lo que pasó con el fallecido ex presidente Néstor Kirchner, que despidió a su primer ministro de Economía, Roberto Lavagna, para convertirse en el único que tomaba decisiones. En este caso, con Macri, hay un jefe de Gabinete que cumple sus funciones y hay dos coordinadores del área económica, de la máxima confianza del presidente.

Primeras bajas en el Gobierno de Macri