viernes. 19.04.2024

231115305c39c4fmed@jgonzalezok | El presidente electo de Argentina, Mauricio Macri, dio a conocer el gabinete que lo acompañará a partir del 10 de diciembre. Sin demasiadas sorpresas, ya que muchos nombres trabajaron con él en el gobierno de la ciudad, el perfil general es de gestores. Después de 12 años en que la política y la militancia fueron el sello distintivo, el nuevo gobierno quiere poner el acento en la eficiencia y la competencia técnica.

Aunque Macri desechó la idea de un superministro de Economía, señalando que habría un gabinete económico integrado por varios ministerios, es evidente que el titular de la cartera de Hacienda y Finanzas, será el más destacado. Sin sorpresas, el elegido fue Alfonso Prat Gay, un ex ejecutivo de JPMorgan que fue presidente del Banco Central entre diciembre de 2002 y septiembre de 2004, es decir, el período en el que comenzó la recuperación tras la gran crisis que acabó con el gobierno de Fernando De la Rúa. Se fue por diferencias con Néstor Kirchner sobre la independencia de la entidad. Militante de la Coalición Cívica, se le tacha de neoliberal, pero hay quien lo califica de neokeynesiano.

En sus primeras declaraciones, Prat Gay reiteró la voluntad de levantar el cepo cambiario lo antes posible. La promesa inicial era hacerlo el primer día del nuevo gobierno, aunque la situación del Banco Central, que se teme está con las arcas vacías, puede retrasar la medida. Prat Gay también anunció el envío al Congreso de un paquete de leyes económicas.

La mayor sorpresa se dio en el ministerio de Relaciones Exteriores, donde llega Susana Malcorra. Desconocida para el gran público, es la persona de confianza del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ya que es su jefe de gabinete desde 2012. Antes dirigió misiones de paz en distintas partes del mundo y formó parte del Programa Mundial de Alimentos.

La Unión Cívica Radical (UCR), el segundo socio en importancia de Cambiemos, la coalición que llevó a la presidencia a Macri, tendrá tres ministerios: Agricultura, Defensa y Comunicaciones. Otro radical, José Cano, estará al frente del llamado Plan Belgrano, un proyecto de 16.000 millones de dólares en diez años para incentivar el desarrollo social, productivo y de infraestructura del norte del país, la región más pobre.

Aunque se venía rumoreando, no dejó de causar sorpresa que Macri haya decidido repescar para su gobierno al actual ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, que continuará en su puesto. Doctor en ciencias químicas, fue el titular de dicha cartera desde que se creó, en 2007. “Nosotros dijimos que íbamos a buscar a los mejores y en el caso de Lino creemos que lo es”, dijo el futuro jefe de gabinete, Marcos Peña. Macri, de esta forma, responde a las acusaciones en campaña que afirmaban que quería mandar a los científicos a “lavar los platos”. 

Habrá un nuevo ministerio, llamado de Modernización, con el objetivo de implementar la tecnología necesaria para modernizar la administración pública y promover espacios participativos, integradores e inclusivos del ciudadano con el gobierno. También se propone impulsar un gobierno abierto, para brindar información libre y de fácil acceso a los ciudadanos.

También se anunciaron nombramientos que deberán esperar una solución institucional, porque sus actuales titulares se aferran al puesto, alegando que no terminó su mandato. Se trata de los titulares del Banco Central, Alejandro Vanoli, de los medios de comunicación públicos, el cineasta Tristán Bauer y de Martín Sabatella, titular del AFSCA (Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual), que es el organismo creado para controlar la ley de Medios.

Para el cargo de presidente del Banco Central fue nombrado Federico Sturzenegger, que tuvo muy buena gestión en el Banco Ciudad, banco público de la ciudad de Buenos Aires. Para el AFSCA el elegido es Miguel De Godoy, que fue secretario de Medios de Macri como alcalde. Y para los medios públicos, Hernán Lombardi, responsable de Cultura en la ciudad. En sus primeras declaraciones, Lombardi afirmó al diario La Nación: “No pasaremos de un pensamiento único a otro, vamos hacia la variedad y pluralidad de voces, y al respeto por el ejercicio del periodismo”.

Aunque no hay un recambio anunciado, el presidente electo también quiere la renuncia de la Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó, la jefe de los fiscales, que ha sido uno de los principales arietes del kirchnerismo para domesticar la Justicia.

Durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández hubo varios casos en los que se forzó la renuncia de sus titulares, con nombramientos que no habían vencido. Néstor Kirchner, por ejemplo, presionó y logró la renuncia de varios miembros de la Corte Suprema. Corrieron similar suerte un Procurador General de la Nación (Esteban Righi) y un presidente del Banco Central (Martín Redrado).

Entretanto, la transición no está siendo fácil. La presidente, Cristina Fernández, recibió el martes a Macri en la residencia presidencial de Olivos. Le exigió que fuese solo, hablaron únicamente 20 minutos y no quiso tratar del proceso para coordinar el recambio. La propuesta de Cristina Fernández fue que solo el 9 de diciembre, es decir, un día antes del traspaso del mando, sus ministros estarían disponibles para hacer el traspaso.

“No valió la pena”, fue la conclusión de Macri tras el encuentro, del que no hay fotos por disposición de la presidente, aunque se sabe que Cristina Fernández estuvo detrás de un escritorio, marcando distancias. Tampoco se facilitó un espacio para que el presidente electo hablase con la prensa. De hecho, la pequeña sala de prensa de la residencia presidencial no se usa desde el 2011, dada la inquina de la mandataria con los medios. Eso sí, la presidente la aseguró que estará el 10 de diciembre para ponerle la banda y entregarle el bastón de mando, ante los rumores que indicaban que ese día podía estar “enferma”.

El futuro jefe de Gabinete, Marcos Peña, desistió de reunirse con el actual titular, Aníbal Fernández, después de los resultados de la reunión de Macri en la residencia de Olivos.

La falta de coordinación en el proceso de transición hace que el nuevo gobierno asuma sin saber qué se va a encontrar entre manos. Se da por hecho que el Banco Central está ya sin reservas, lo que complica enormemente los planes del gobierno de Macri.

La presidente reapareció el miércoles, después de la derrota oficialista en las elecciones y advirtió al nuevo presidente: “Un país no es una empresa, hay necesidades que deben ser cubiertas, el balance de un país es por cuántos argentinos quedan adentro y cuántos quedan afuera”. 

Un gabinete de tecnócratas para Macri