jueves. 28.03.2024
crismerkel

@jgonzalezok /  En medio de la campaña electoral en Argentina y cuando le quedan menos de 100 días en la Casa Rosada, la presidente, Cristina Fernández, lanzó duras críticas a Europa por su papel en la crisis de los refugiados: “Por favor, que nadie nos venga a poner de ejemplo a algunos países del norte. Yo no quiero parecerme a países que dejan morir chicos en las playas. Eso no es de cristianos, es decadencia cultural. Se andan tirando a los inmigrantes de un país a otro como si fueran bultos. Nosotros, un país de inmigrantes y que recibió a nuestros abuelos, somos un ejemplo”.

Sin mencionarla por su nombra, hizo una clara referencia a la canciller alemana, Angela Merkel, al afirmar: “No quiero parecerme a nadie que le dice que se tiene que ir a una piba de 15 años que se quiere quedar a estudiar”. También habló de los que mueren en los barcos o los que crean un muro en la frontera.

No es la primera vez que la mandataria argentina trata de dar lecciones a los países desarrollados. La incorporación de Argentina al G-20 proporcionó a la presidente la oportunidad de dictar cátedra en diversas oportunidades, frente a algunos de los principales líderes mundiales. Cuestionó el sistema financiero internacional y pidió un capitalismo en serio, aunque en Argentina funciona el capitalismo de amigos. En la cumbre de Cannes, a comienzos de noviembre de 2011, afirmó que lo que se estaba viviendo no era un capitalismo, sino un anarcocapitalismo financiero total, donde nadie controla a nadie.

Pero la realidad es que mientras la presidente argentina reprochaba a Europa su insensibilidad con los refugiados, se conocía la muerte en la provincia de Chaco de un joven indígena de la etnia Qom, por tuberculosis y desnutrición. Tenía 14 años y pesaba 11 kilos. Su caso es similar al de otro niño indígena que murió en enero, con 7 años y 20 kilos de peso. Solo en dicha provincia murieron en lo que va de año 6 niños indígenas de hambre. Y, según Aída Ayala, la alcaldesa de Resistencia, la capital de Chaco, entre 2010 y 2014 habrían muerto en la provincia 2.000 niños por las mismas causas.

Ayala, que pertenece al partido opositor Unión Cívica Radical (UCR) también señaló que las comunidades indígenas están abandonadas, “no hay un Estado presente ni decisión política”. Entre otras carencias dijo que el 50 % de la población de la provincia no tiene acceso al agua potable.

Desde hace siete meses un grupo de indígenas Qom se encuentran acampados en pleno centro de Buenos Aires, en el cruce de la Avenida de Mayo y la 9 de Julio, es decir, pleno centro de Buenos Aires. Esperan en vano que los reciba la presidente, para exponerle la grave situación que sufren, que no solo se limita al hambre. También son despojados de sus tierras y son asesinados para apoderarse de territorios ricos en minerales o fértiles para ampliar la frontera agrícola. 

El cacique Félix Díaz, referente de los Qom, denunció que no existe un programa especial de salud para los pueblos indígenas, a pesar de que los hechos demuestran su extrema vulnerabilidad. “Hace muchos años que venimos denunciando esta injusticia que padecemos hoy, que sigue trayendo muerte”, señaló Díaz a una emisora de Buenos Aires. También dio ejemplos de la extrema discriminación que sufren los indígenas argentinos: “en los hospitales, los criollos (blancos) le quitan los turnos a las mujeres qom. Si no entramos con un amigo blanco los médicos nos tratan con fuerte discriminación”.

Las noticias de estas muertes evitables volvieron a disparar el debate sobre la pobreza y el hambre en Argentina. Según las desprestigiadas estadísticas oficiales, en Chaco, no existe el desempleo. No hay datos de pobreza y miseria porque los organismos oficiales dejaron de medirlos, con el insólito argumento de que sería estigmatizante. Pero el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (Isepci), el 48,1 % de los chaqueños son pobres y el 14,4 % son indigentes.

A nivel nacional, un informe de julio de este año de la UCA (Universidad Católica Argentina), estableció que el 28,7 % de la población del país era pobre y el 6,4 % indigente. Ambas situaciones golpean especialmente a niños y adolescentes, que alcanza al 40,4 % de dicho universo. También creció el número de indigentes entre los menores, que llegan a ser el 9,9 %. La pobreza, de hecho, no para de crecer desde 2011, impulsada sobre todo por el estancamiento de la economía y la inflación.

Refiriéndose al caso concreto de Chaco, el Centro de Estudios Nelson Mandela afirmó en un comunicado: “La tuberculosis, la desnutrición, la mal nutrición, la anemia, el mal de Chagas, la parasitosis y otras enfermedades vinculadas con la pobreza y el fracaso del sistema sociosanitario público están haciendo estragos en las comunidades indígenas que viven en el Impenetrable (remota región del Chaco)”.

Más de la mitad de la población chaqueña empleada, recibe dinero del Estado. Y la gran mayoría cobra algún plan social. Esto hace que sean rehenes del clientelismo político. La provincia tendrá elecciones para gobernador y autoridades locales el 20 de septiembre, y hay mucha preocupación después de lo que pasó el 23 de agosto en Tucumán, donde las elecciones podrían anularse por fraude.

En Chaco se repiten los mismos vicios que en muchas provincias del interior del país, sobre todo el clientelismo, la compra de votos, justicia y medios comprados y abuso de todos los recursos del Estado para favorecer al oficialismo.

Cristina critica a Europa por los refugiados, pero en Argentina mueren niños por hambre