jueves. 28.03.2024
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@jgonzalezok | El alcalde de Buenos Aires durante los últimos ocho años, Mauricio Macri, no está bendecido por algo que se les supone a todos los argentinos, el poder de la oratoria. Peor aún: tiene una entonación que lo identifica como hijo de familia adinerada, habitante del Barrio Norte porteño. Antes de afeitarse el bigote, podría pasar por un doble de Freddie Mercury. La falta de carisma, sin embargo, no le impide estar entre los aspirantes a la presidencia con claras posibilidades de victoria.

A pesar de la falta de sondeos fiables –en las elecciones de hace unos días para alcalde de la capital argentina, fracasaron todos-, hay coincidencia en que la lucha será cosa de dos: Daniel Scioli, por el oficialismo, y Mauricio Macri. Atrás parece haber quedado Sergio Massa, que llegó a estar primero en las encuestas, después de que en las elecciones de medio término del 2013 derrotase al kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires, acabando con el sueño reeleccionista de Cristina Fernández.

Mauricio Macri se hizo conocido por haber sido presidente de Boca Juniors, el club más popular de la Argentina, entre 1995 y 2008. Para ello tuvo que dejar su trabajo como ingeniero en el grupo industrial levantado por su padre. Su progenitor, por cierto, no estuvo nunca de acuerdo con su llegada a Boca y, mucho menos, con su salto a la política. Entre otras cosas porque él ha hecho buenos negocios con el gobierno kirchnerista.

Su declaración jurada de bienes en el 2015 fue de 60 millones de pesos, y otros dos millones en dólares. Al cambio oficial, unos 8,5 millones de dólares en total. Es, por tanto, un representante del establishment. Pero la comparación con los bienes de la presidente, Cristina Fernández, arroja que son prácticamente igual de ricos, ya que la mandataria declaró bienes por 64 millones de pesos, poco más de 7 millones de dólares.

Mauricio Macri fundó en 2002 el PRO (Propuesta Republicana), el primer partido de la centro-derecha argentina que logró convertirse en un actor competitivo en el panorama político local. Un partido que es hijo de la crisis del 2001, igual que el kirchnerismo. Es un partido que se aleja en muchos aspectos de los tradicionales al poner énfasis en la gestión y la solución de los problemas. En este sentido es lo apuesto al kirchnerismo que reivindica la política por encima de todo.

“Pro no tiene un discurso antipolítico, sino post ideológico, en el que la política no tiene que ver con el conflicto entre grandes ideas de nación, sino con la buena gestión, con una gestión honesta, con los buenos planes, las buenas políticas y las buenas personas”, dijo al diario La Nación Sergio Morresi, uno de los autores de un libro sobre el PRO.

El partido se constituyó con un aluvión al que llegaron varios corrientes, que van desde la derecha tradicional a peronistas, radicales, empresarios, intelectuales procedentes de think tanks y algunas ONG. El politólogo José Natanson, director de la versión local de Le Monde Diplomatique, sostuvo en una columna de Página 12 que asimilar el macrismo con la derecha autoritaria y con la década de convertibilidad (menemismo) es un error. En este sentido, resaltó que el PRO es posterior al neoliberalismo y reivindica un papel activo del Estado en la economía.

Macri tiene desde hace años como consultor de cabecera a un ecuatoriano, Jaime Durán Barba, al que se le acusa de ser el verdadero ideólogo. El aludido no despejó las dudas cuando dijo en una entrevista que al conocer a Macri vio una persona muy inteligente, pero sin formación política, lo que encontró estupendo, aunque le faltaba acercarse a la gente.

En las elecciones del 2011, cuando Cristina Fernández ganó la reelección con el 54 % de los votos, no se quiso presentar, ante las encuestas que tenían muy claro el resultado. Su asesor ecuatoriano le dio un argumento contundente: “Dice Jaime que ganarle a una viuda es casi imposible y que ganarle a una viuda con una economía en crecimiento es directamente un milagro”. Aprovechó entonces su gestión en la ciudad para apuntarse políticamente, con la vista puesta en el 2015.

En las últimas semanas el gran comentario en la prensa es el aparente giro en sus propuestas, para tratar de arañar votantes entre las clases más populares. Y para contrarrestar la idea del miedo que intentan instalar desde el oficialismo, sobre todo a través de los punteros políticos, los dirigentes territoriales que gestionan las ayudas sociales.

Aseguró que quien tenga un plan social –la mayoría de los 12 millones de pobres- debe estar tranquilo, “porque lo va a seguir teniendo”. Prometió que Aerolíneas Argentinas seguirá en manos del Estado, aunque matizó que no servirá para darle empleo a los muchachos de La Cámpora. Su propuesta es gestionar bien las empresas del estado, aunque estuvo en desacuerdo en su momento en su privatización. Este giro no debería ser un gran pecado, teniendo en cuenta que Néstor Kirchner fue en su momento uno de los más activos promotores de la privatización de YPF, aunque años después su esposa la reestatizase.

Macri, además, sostiene que en la capital, donde gobierna desde hace ocho años, hay más Estado que en la provincia de Buenos Aires, de su rival Daniel Scioli. “Los desafío a ver quién tiene un Estado más presente, si el nuestro o el de ellos, en el cual hay cortes de luz con frío y calor, el transporte funciona mal y la seguridad no existe. El Estado es lo que hicimos nosotros en la ciudad, con más escuelas, jardines (guarderías), parques y más Policía Metropolitana, docentes y médicos”.

Macri es uno de los tres precandidatos presidenciales del frente Cambiemos, que deberán enfrentarse en las elecciones primarias del próximo 9 de agosto. Sus rivales serán Ernesto Sanz, presidente de la histórica Unión Cívica Radical (UCR) y Elisa Carrió, de la Coalición Cívica. La decisión de Sanz de integrar este frente no fue unánimemente aceptado dentro del partido, ya que hay sectores que tenían a Macri y el PRO como su límite, para no desdibujar su perfil socialdemócrata.

Macri lleva como candidata a vicepresidente a Gabriela Michetti, que fue vicejefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires en el primer gobierno de Macri en la ciudad y después diputada nacional. Quedó parapléjica tras un accidente de automóvil en 1994. 

Las primarias no afectarán al oficialismo, donde Daniel Scioli es el candidato único, después de que la presidente obligara al resto de los precandidatos a bajarse de la contienda.

Construyendo al candidato (2): Mauricio Macri