viernes. 29.03.2024
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walter-blogEl anciano guineano Angono Mba rememora desde el salón de su casa la expedición en la que ofició de guía para el cineasta madrileño Manuel Hernández Sanjuán y su equipo (Hermic Films), que los llevó -entre los años 1944 y 1946- a recorrer la Guinea española, documentando la vida en la colonia y buscando un misterioso lago donde, según contaba una leyenda africana, se podían ver 10.000 elefantes juntos. 

Entrelazando retazos de documental, fotografías y animación, Guimerá y Pajares construyen una narración que desenmascara el atropello cometido por los españoles que durante el régimen de Franco arribaron a esa región del mundo con la intención de satisfacer unas necesidades que los nativos pagaron con su propia vida. “La colonización fue dolorosa”, recuerda Angono Mba, mientras las imágenes de sacerdotes obstinados por “convertir” a los “salvajes” impregnan el relato de un realismo improbable.

unnamedLa combinación de material de archivo y la fusión de éste con la animación, es una de las características más relevantes de esta propuesta. Sin embargo el dato principal es el aporte que esta cinta le otorga a la memoria, a veces selectiva, de la historia española. Más de 16 años de rodaje para que el pasado sirva a la reflexión presente. La devastación que la colonización hizo de aquella cultura queda reflejada de manera contundente, sin que para ello hagan falta más artilugios que los mismos documentos fílmicos obtenidos en aquellos años por el cineasta madrileño Manuel Hernández Sanjuan, que  por encargo del régimen franquista se dispuso a retratar la vida en la colonia. Junto al ingeniero Jaime de Foxá, elaboraron algunos planes de trabajo antes de su partida hacia Cádiz. Allí embarcaron en el buque “Domine” y, luego de tres semanas de navegación, llegaron a Santa Isabel, hoy Malabo. Allí pasaron dos años de duro trabajo, en una colonia desconocida para la mayoría de los españoles de la posguerra, registrando lo que en aquel momento nadie juzgaba. “Mucha de nuestra gente aceptó las condiciones de los blancos, y trabajaron día y noche para ellos”, cuenta Agnono, que no parpadea ante la cámara.

“Un día vi 10.000 elefantes” significa una buena posibilidad de revisar una historia jamás revisada; una excelente oportunidad para preguntarse qué fue lo que se hizo en aquella región de mundo, y en nombre de quién.

La colonia bruta