sábado. 27.04.2024
SUMAR

La decisión de PODEMOS de abandonar la plataforma electoral SUMAR (que les había permitido tener hoy 5 diputados en el Congreso de Diputados), vuelve a situar en primer plano cuál es el espacio posible de SUMAR y sus responsabilidades. Muchos y muchas somos los que en su momento pensamos, y seguimos pensando, que SUMAR aportaba una necesaria, e importante, esperanza en la vida política española. Era una propuesta, y una apuesta, de unidad de organización, de acción, de iniciativa, en la izquierda española, complementaria de lo que históricamente ha representado el PSOE. Lo era y, creo, es aún: pero con la condición de que acierte en la nueva coyuntura.

La decisión de PODEMOS con sus 5 diputados de abandonar SUMAR para instalarse en el Grupo Mixto, expresa lo que era ya una realidad: su abandono del proyecto unitario de progreso que aparentemente apadrinaron. El debate sobre su significado inunda los medios, las redes, y nunca está de más buscar responsabilidades para recordarlas en los discursos pendientes. Seguro que hubo otras posibilidades, otros caminos, en la historia pasada. Pero no hay en éste ni en otros ámbitos una moviola de ciencia ficción para corregir errores pasados, enmiendas interesantes, pero ya imposibles. Se trata hoy de orientar el futuro inmediato a partir de la nueva realidad presente.

Y para ello me parece fácil la receta, aunque más difícil su desarrollo. Creo que se trata de impulsar lo que era ya una necesidad: convertir SUMAR en un colectivo (como partido o con el sustantivo con el que se quiera denominar) para HACER POLITICA, con la ventaja, y las nuevas responsabilidades, que supone estar en el Gobierno. Un gobierno, no se olvide, de progreso, el gobierno más progresista de nuestra reciente historia democrática tras una importante experiencia con la que enlazar para hacerlo mejor. Mejor, lo que no sé si en este momento significa nuevas medidas más progresistas o preferiblemente su consolidación, con el adecuado desarrollo de lo ya avanzado en la última legislatura. En todo caso se trata de hacer política progresista, la posible en función de las fuerzas que tengamos en el Parlamento, y no sólo en éste, sino, y para ello, en la sociedad. Éste es, ya lo era, pero más ahora en mi opinión, el principal reto de SUMAR.

Ello supone por una parte definir en este momento cuáles podrían ser las adecuadas propuestas políticas desde el gobierno, como pueden ser las de interés mayoritario de la ciudadanía en relación con las relaciones de trabajo (salario mínimo, nuevo Estatuto de los Trabajadores…), con el empleo, la formación  y la política industrial, con la fiscalidad, con la vivienda, con el transporte, con el poder judicial…, también en la política hacia este pequeño mundo globalizado en el que habitamos, como es hacer frente al cambio climático, a la invasión rusa de Ucrania, al genocidio de Israel sobre Palestina y al terrorismo de Hamas, … en el necesario proyecto de una gobernanza mundial democrática…

Para todo ello es necesario por otra parte ORGANIZAR a la ciudadanía. Una necesaria función les corresponde a las formaciones organizadas de los movimientos sociales en torno a sus intereses colectivos, los de trabajo, los sindicales, en primer lugar. Y también en torno a las propuestas políticas inmediatas según la incidencia de cada una de las iniciativas de gobierno  en la vida diaria de cada uno de los colectivos sociales.

Organizar no supone establecer la lista de lo que nos gustaría, de lo que consideramos “justo”, “adecuado”, sino de los objetivos inmediatos, necesarios, alcanzables con una adecuada movilización colectiva, lo que, para la cultura sindical significa la “plataforma reivindicativa” en cada momento, no la “carta a los Reyes Magos” (aunque se aproxime en estos días su función familiar).

Sumar ha de superar la crisis que supone el abandono de Podemos y conectar de nuevo con la esperanza que suscitó en amplios sectores de la población

SUMAR ha de superar ciertamente la crisis que supone el abandono de PODEMOS. SUMAR ha de conectar de nuevo con la esperanza que suscitó en amplios sectores de la población para avanzar a partir de ésta construyendo una fuerza social para tales objetivos inmediatos. Para establecer la necesaria relación en ambos sentidos entre gobierno y ciudadanía. Para que ésta entienda, asuma, y discuta los proyectos institucionales, y, también, para que desde las instituciones se entiendan las percepciones y preocupaciones de la ciudadanía. Para hacer política.  

Pero ello no se conseguirá con proclamas de autodefensa, de autoafirmación, de responsabilización de los otros (que siempre tienen la culpa).

Sólo será posible con la iniciativa del proyecto del nuevo gobierno de coalición progresista, conscientes al mismo tiempo de que ello no es suficiente, de que es necesario establecer una conexión de la política institucional con la ciudadanía para implicar a ésta en  la acción de gobierno, para desarrollar la cultura común de gobierno y de acción ciudadana, de comprensión de las dificultades del momento, de las fuerzas reaccionarias que actúan, de las necesarias formas de superarlas, de vencer sus resistencias, de avanzar.

Para consolidar SUMAR se trata en definitiva de hacer política con la ciudadanía, y de organizar esta acción política, lo que además de contribuir al gobierno de España, ha de posibilitar la unificación y síntesis de las diversas culturas políticas de procedencia, también los particulares intereses locales a integrar en los intereses colectivos que puedan tutelar solidariamente los particulares. Una iniciativa política que no solo trasmita a la ciudadanía ideas, propuestas, y comprensión de los límites de cada momento, sino también formas de trabajo colectivo para avanzar, para salvar obstáculos.

Construir SUMAR pues desde la iniciativa política, ahora desde la organización colectiva que la impulse con propuestas concretas de acción social inmediatas, coordinadas con la acción institucional del Gobierno progresista de coalición.

Para Sumar hoy: iniciativa política