domingo. 28.04.2024

Catedrático de Economía y exrector de la Universidad Complutense de Madrid, Carlos Berzosa tiene claro que la única fórmula para no salir muy dañados de la crisis de la COVID-19 es reforzar el papel del Estado en la economía, en los bienes y servicios públicos, dejando atrás las recetas del pasado que se impusieron en la anterior crisis financiera de 2008. "Si no somos conscientes de que hay que cambiar el modelo de crecimiento actual y que todo siga igual estamos socavando el futuro de la humanidad", advierte.


 

Nuevatribuna.es | Mes y medio del estado de alerta, del confinamiento general, tras un paréntesis de ‘hibernación’ de la economía y la producción…; más de 3 millones de ERTE, 1 millón de parados… ¿Cómo describirías la situación actual?

CARLOS BERZOSA 2Carlos Berzosa | Realmente trágica para los trabajadores que han perdido el empleo, para los que están sometidos a un ERTE y que no es seguro que muchos de ellos posteriormente vayan a volver a su trabajo, para los autónomos y para las empresas medias y pequeñas que han cerrado ya o cerrarán, para el sector turístico que le costará reponerse de todo esto.

Las previsiones de la OIT en materia de empleo son devastadoras. Parece claro que la afectación de estas crisis será global. En España, ¿crees que la tasa de desempleo podría rebasar el 20% en la etapa post-Covid?

Pienso que sí. La encuesta de población activa del INE del primer trimestre del año la sitúa en un 14.4% y eso que solo recoge dos semanas del confinamiento y nada de lo que ha supuesto el cierre total de todas las actividades económicas excepto el mantenimiento solamente de los servicios esenciales. Hay que recordar que esto se produjo a partir del 29 de marzo, o sea solamente dos días de marzo. Así que me temo que ya en el mes de abril esa tasa esté cerca de ese 20%, si no la ha superado ya. Tenemos que esperar al mes de julio para saberlo, según la encuesta de población activa del INE que es la estadística más fiable. Mientras tanto nos tenemos que conformar con la del paro registrado que se hace mensualmente.

¿Qué debilidades de la economía española ha puesto de manifiesto esta crisis?

La dependencia del turismo, la falta de competitividad internacional que se puede medir, entre otras cosas, en relación con el déficit comercial de la balanza de pagos, y un tejido productivo y de servicios con muchas pequeñas y medianas empresas que, en bastantes casos, son intensivas en trabajo y poco intensivas en capital, lo que se refleja en una baja productividad.

¿Es asumible que un país como España no pueda siquiera fabricar mascarillas? ¿Qué le pasa a nuestra industria?

La crisis de la COVID-19 ha puesto en cuestión la globalización del comercio mundial

No es asumible y lo que sucede es que gran parte de la industria textil, que tuvo bastante importancia en el pasado, se ha deslocalizado y se ha marchado a Asia. De manera que ahora no tenemos una industria propia capaz de suministrar mascarillas ante una demanda tan elevada. Esto es consecuencia de la globalización que ha sido tan alabada y que en un momento como este no es tan positiva como nos han hecho querer ver. Desde la década de los ochenta del siglo pasado, una minoría de economistas de todo el mundo fuimos críticos con la globalización neoliberal y hegemonizada por las finanzas. Aunque la crítica principal se centraba en las finanzas y la elevada especulación, también se hacía hincapié en la globalización comercial sin regulación. La crisis de 2008 ya pone en cuestión esta globalización financiera y al fundamentalismo de mercado. La crisis del Covid 19 cuestiona la comercial. 

Los trabajadores están siendo los primeros en sufrir con toda su intensidad esta crisis. Pero también las empresas españolas. ¿Qué valoración haces de cómo se está afrontando esta situación desde el tejido empresarial español?

"La banca nunca ayuda en tiempos de crisis"

El tejido empresarial español es muy heterogéneo como corresponde a una economía desarrollada que está muy diversificada. El problema principal se encuentra en los autónomos y en las empresas más vulnerables, que ya hemos mencionado, pero no afecta tanto a las multinacionales ni a las grandes empresas nacionales. Sin embargo, una sorpresa para mí fue que en la primera semana del confinamiento muchas de estas grandes se querían acoger a los ERTE, lo que resultaba increíble para grupos económicos tan fuertes. Parece que el Ministerio de Trabajo lo ha frenado pero habrá que ver qué pasa si esto dura. Desde este punto de vista mi valoración es negativa en relación con el comportamiento de algunas de estas empresas, que tendrán que hacerse a la idea de que los beneficios disminuirán. Espero que para mantener los beneficios no despidan a trabajadores. Por lo que concierne a las pequeñas y medianas, esperar a recibir ayudas del Estado para su supervivencia, aplazar los impuestos o incluso reducirlos, y acceder al crédito. Por lo que se refiere al crédito esta semana ha llegado una mala noticia del Banco de España y es que los bancos están endureciendo las condiciones de los créditos debido a que los demandantes son menos solventes. La banca desde luego no ayuda en tiempos de crisis y esto también es consecuencia de las privatizaciones y el haber acabado con la banca pública que en España representaba más o menos un 20 % del crédito en la década de los setenta.

El manifiesto ‘Nueva crisis: evitar los viejos errores’ que tú suscribes junto con otros economistas y académicos pide un “cambio de rumbo” para hacer frente a la “emergencia económica”. ¿En que se basaría ese cambio de rumbo?

En el manifiesto ya se enuncian algunas, como es la transición hacia un modelo ecológico, y que permita reducir las grandes desigualdades, capaz de frenar el cambio climático y la degradación del medio ambiente. Hay que señalar que hay científicos, como es el caso de Fernando Valladares, que consideran que la pérdida de la biodiversidad es la causa del surgimiento de las epidemias. Si no somos conscientes de que hay que cambiar el modelo de crecimiento actual y que todo siga igual estamos socavando el futuro de la humanidad.

En el manifiesto habláis de adoptar “medidas audaces y responsables de gasto público para asegurar servicios esenciales, mantener rentas y evitar quiebras”. ¿Qué medidas se podrían adoptar a día de hoy, aparte de las que hasta ahora ha llevado a cabo el Gobierno?

Hay que tener empresas públicas que garanticen la seguridad en salud

Las medidas del Gobierno son adecuadas pero ante la envergadura de la crisis pueden ser insuficientes y por ello es necesaria la intervención de la Unión Europea que tiene que ser más activa y con decisiones muy diferentes a las que se tomaron en la crisis de 2008 basadas en las políticas de austeridad, que tantos males han provocado y que ha dejado a las economías en una situación frágil frente a esta pandemia. El gasto público hay que aumentarlo pero debe ser bien dirigido en la dirección que se apunta en el manifiesto. Hay que reforzar el papel del Estado en la economía, los bienes públicos, y volver a tener empresas públicas que garanticen la seguridad en salud y ante cualquier otro acontecimiento, como guerras, que se puedan dar, así como una banca pública.

Lo de llegar a un acuerdo con la oposición se antoja harto imposible. Ni pactos de la Moncloa ni pactos de reconstrucción. Como economista, ¿qué les pedirías a nuestros políticos?

carlos berzosaLes pediría que dialogaran, que aprendan a pactar las grandes cuestiones, que pongan como objetivo prioritario la salud y la reconstrucción económica, por encima de los intereses partidistas de búsqueda de votos, así como que hablen con conocimiento de causa y con capacidad de argumentar, y no usar el insulto y la descalificación. Qué piensen en los más vulnerables y que no lancen mensajes cargados de odio. En todo caso, no todos los políticos son iguales y hay que saber discernir esto.

Apuntas en una reciente entrevista a la creación de un “impuesto de solidaridad”. ¿Hay algún cálculo aproximado del dinero que se podría recaudar con esta medida?

No tengo ningún cálculo pues no dispongo de los datos que sí tiene el ministerio de Hacienda. Se trataría de establecer una renta a partir de la cual se cobraría este impuesto, que podría ser igual para todos o proporcional según la renta. Me inclino por esta segunda opción. Se podría hacer a partir de los datos de la renta de 2019. El porcentaje sobre la renta no sería muy elevado y tendría carácter excepcional. Habría que hacer una reforma fiscal en profundidad.

Respecto a las letras que resumen los escenarios de crisis económica tras el coronavirus, ¿cómo crees que será la salida, en ‘V’, ‘U’ o ‘L’? Y ¿Por qué?

Creo que, desgraciadamente, tendrá forma de L por las razones apuntadas por lo que se espera una caída considerable del PIB y un aumento de la deuda pública que ya es de por sí elevada. Hay que llevar a cabo un plan de reconstrucción ambicioso en el que el restablecimiento del tejido productivo y de servicios suponga a su vez un camino en la transición energética. De hacerse bien se podrá aspirar a que la crisis adquiriera forma de U.

¿En qué se diferencia la crisis financiera de 2008 de esta?

La crisis de 2008 fue en sus inicios una crisis financiera que se trasladó a la economía real. Esto fue resultado de la desregulación de la banca y las finanzas, el endeudamiento creciente de las empresas, el predominio del capital financiero sobre el capital productivo, la expansión debido a ello de la burbuja inmobiliaria y una creciente especulación. Predominaron las ganancias cómodas y rápidas sobre los beneficios a medio y largo plazo.

La crisis actual es resultado de una pandemia que ha cogido a las economías frágiles, pues no se habían recuperado del todo de la crisis anterior y además con una salida que no supuso un cambio de la situación que provocó la crisis de 2008. Lo que ha supuesto debilitamiento del estado- nación, de la sanidad pública, educación, prestaciones sociales en general, una creciente desigualdad, y precarización del mercado laboral. 

En el marco europeo, parece que se va a producir cierta cesión de los países que quieren encarar esta crisis con las mismas recetas de 2008. ¿De qué va a depender el acuerdo que finalmente adopte el Consejo Europeo?

Si no se interviene con otras políticas económicas diferentes a las de la austeridad peligra el proyecto de la UE

De la relación de fuerzas. Ahora hay una división entre el norte y el sur de la UE, pero también diferencias entre la izquierda y la derecha, como se pudo ver en la votación del parlamento europeo, en el que los parlamentarios del PP votaron en contra de los intereses de España, sobre el tema de los coronabonos, mientras que la izquierda alemana y holandesa votaron a favor de su puesta en marcha. Confío de todas las maneras de que haya algunos dirigentes lúcidos que sean conscientes de que si no se interviene con otras políticas económicas diferentes a las de la austeridad peligra el proyecto de la UE. 

La crisis de 2008 conllevó cierta pérdida de derechos, por la reforma laboral de 2012 entre otros factores. ¿Perderemos de nuevo derechos con esta?

Puede ser, al final las crisis se tratan de resolver con medidas que perjudican a los de abajo para preservar los intereses económicos y financieros dominantes. Todo dependerá de la reacción de los ciudadanos y que aprendamos las lecciones de la crisis de 2008 y la de ahora.

Crisis de esta intensidad, principalmente en el plano económico, pueden derivar en mucho descontento social, en estallidos populares. ¿Podría darse el caso en España?

Todo puede suceder sobre todo si sigue aumentando la extrema derecha con su demagogia, falsas noticias y bulos. Hay que ser conscientes del peligro que se corre si esto sucede para la democracia, los derechos sociales y de igualdad de género. Recomiendo el libro de Jason Stanley, Facha, para que se entienda lo que realmente está sucediendo y que no se minusvalore ese peligro. La izquierda, los sindicatos, los movimientos sociales tienen mucha tarea que hacer para contrarrestar ese movimiento y no dejar a gente tirada. En esta ocasión, a diferencia de la crisis de 2008, se han tomado medidas sociales que son muy importantes para evitar que haya bastantes damnificados sin protección de ningún tipo.

Por último, como presidente de CEAR, ¿cómo ves la situación de la inmigración y de los refugiados?

CEAR apuesta por regularizar a todos los inmigrantes mientras dure la pandemia

Voy a plantearlo en tres niveles. El primero señalar que en CEAR tenemos 4038 plazas  y ha habido 5 casos y 29 personas en aislamiento por contacto. Cifras bastantes buenas. En el segundo, por lo que hace referencia a los que ya están viviendo en nuestro país sin regularizar y otros en espera de la concesión de derecho de asilo. La propuesta de Cear es solicitar la regularización de todos mientras dure la pandemia, al igual que ha hecho Portugal, para que tengan asistencia social y puedan trabajar sobre todo en la agricultura en donde hace falta mano de obra. Por último los que puedan venir pero eso dependerá de muchos factores sobre todo teniendo en cuenta la incertidumbre en la que estamos en la actualidad.


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