viernes. 17.05.2024

En el Barrio de Zaragoza donde pasé mi infancia, el Barrio Jesús, cuando los enfrentamientos entre pandillas se complicaban bastante, las diferencias se solventaban “a pedradas”. Nos citábamos en algún lugar más o menos apartado y haciendo acopio de piedras nos las íbamos tirando hasta que alguna de las dos pandillas se retiraba derrotada. Guardo todavía la cicatriz de una pedrada que me golpeó en la frente con el resultado de tres puntos de sutura. Recuerdo las palabras del enfermero o médico que me atendió diciendo que había tenido suerte porque me había dado muy cerca “del pulso” y que menos mal que no me habían acertado en ese fatídico sitio. Desde entonces cada vez que pongo la mano en la frente me acuerdo “del pulso”… y de la pedrada.

Tengo la sensación que Pedro Sánchez, que veía la situación muy complicada con la pandilla de enfrente, ha decidido retarles y ha empezado a llenar sus bolsillos de piedras y a la primera de cambio les ha soltado una “pedrada” que si no les ha dado en la sien (el mencionado pulso) ha estado bastante cerca.

No voy a decir que todos los españoles y españolas hemos estado atentos esta última semana a ver cuál era la decisión del presidente del Gobierno de España sobre su continuidad. Sé que hay una parte importante de los habitantes de esta piel de toro que les da absolutamente igual quien gobierne y que no votan ni quieren saber nada de política. Allá ellos. Pero a los que sí nos preocupa lo que pasa en este mundo, y procuramos estar informados y votar en las elecciones (entre un 70% y un 75% de la población) hemos tenido el alma en vilo y yo personalmente estaba convencido que Pedro Sánchez se marchaba y dejaba a otra persona de su partido que se sometiera al proceso de nombramiento en el Congreso de los Diputados.

Un grupo de antiguos militantes de Fuerza Nueva, condenados por delitos de extorsión y chantaje a empresas, presentan denuncias contra la familia del presidente de Gobierno con recortes de prensa

Afortunadamente me equivoqué y el lunes 29 de abril pasará a la historia de este país como el día que Pedro Sánchez reafirmó su autoridad y asumió su responsabilidad de continuar con el cumplimiento de su programa electoral (para unos entre los que me incluyo) o bien culminó su maniobra de distracción, su farsa teatral iniciada con una cara de funeral en el Congreso de los Diputados y continuada con una carta sin membrete dirigida a todos los españoles.

Por lo que voy viendo y escuchando en los debates de los medios de comunicación la mayor parte de los “analistas” le piden (exigen más bien) que concrete al detalle en qué van a consistir las medidas que va a adoptar para corregir o eliminar los errores o insuficiencias democráticas que ha denunciado en su carta.

En mi opinión la petición más importante que ha manifestado no depende de él, ni está en su mano conseguirla ni en la de sus socios o apoyos parlamentarios. Es simplemente respeto al adversario político, evitar los bulos y las mentiras como forma de hacer política, volver al debate de los problemas reales de los españoles y no pasarse el día mirando a los juzgados, contestando las mentiras y maledicencias y buscando cómo destrozar personalmente al que tienes enfrente.

Los datos de crecimiento económico facilitados por el INE sobre el primer trimestre de 2024 siguen siendo positivos con una variación interanual del PIB del 2,4%. El reciente informe de la Subdirección general de Análisis, Coordinación y Estadística del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de las Cuentas Económicas de 2023 recoge un fuerte incremento de la renta agraria. Las bolsas de valores y los datos globales de empleo también han mejorado en los últimos meses. Las previsiones turísticas, de construcción y exportaciones también son positivas.

Veamos en las próximas semanas los efectos de “la pedrada” lanzada por Pedro Sánchez, pero que tenga claro que la pandilla de enfrente va a seguir tirando piedras mientras tengan munición

La tensión política en las zonas más conflictivas de nuestro país como han sido históricamente Euskadi y Cataluña da muestras de irse relajando y es de esperar que las próximas elecciones catalanas profundicen en la normalidad y alejen las tensiones producidas por la fuga adelante independentista de breve duración y largas consecuencias. Los conflictos internacionales y las guerras de Ucrania y Palestina no están suponiendo grandes enfrentamientos internos y las diversas posiciones existentes entre los partidos que apoyan el Gobierno no se están llevando al extremo.

Creo que "la pedrada” que ha lanzado estos días Pedro Sánchez con sus cinco días de reflexión ha conseguido revitalizar a una parte del electorado progresista que se encontraba muy desanimado ante la impotencia y la escasez de respuestas a las agresiones de la derecha.

No se renueva el poder judicial… no pasa nada. Retrasan mediante el filibusterismo político en el Senado la ley aprobada en el Congreso sobre la Amnistía para el conflicto catalán… no pasa nada. Llevan a los órganos europeos discursos catastrofistas sobre la situación real de España …no pasa nada. Acusan de romper a España, de ser filoterroristas y vendepatrias al presidente y a los partidos que apoyan a este gobierno… no pasa nada.

Un grupo de antiguos militantes de Fuerza Nueva, condenados por delitos de extorsión y chantaje a empresas, presentan denuncias contra la familia del presidente de Gobierno con recortes de prensa y sin ninguna prueba sustancial, un juez se la admite a trámite… y no pasa nada. Nadie pide cuentas a esos falsos denunciantes, ni a los jueces que les siguen el juego.

Han visto que las jugadas contra líderes de Podemos, Compromís y hace unos años contra Demetrio Madrid del PSOE de Castilla León, les han salido bien y van a seguir por ese camino mientras no se les paren los pies. 

Veamos en las próximas semanas los efectos de “la pedrada” lanzada por Pedro Sánchez pero que tenga claro que la pandilla de enfrente va a seguir tirando piedras mientras tengan munición… y si no la tienen se la compran a los medios de comunicación afines.

Pedro Sánchez y “la pedrada”